Con gran pesar, nos tocaba abandonar la ciudad de Kyoto que tanto nos había gustado. De todos modos, teníamos por delante un día muy interesante. Íbamos a visitar la histórica ciudad de Hiroshima y el torii más famoso de todo Japón.
Cómo ir de Kyoto a Hiroshima
Para llegar a Hiroshima cogimos un tren bala (shinkansen) desde Kyoto. Casi dos horas de trayecto que pasaron en nada gracias a la comodidad de los asientos. Son muy espaciosos, con enchufe para cargar móvil y demás. Aparte una observación: la gente no habla por teléfono en el vagón, sino que salen a un espacio cerrado para no molestar a los demás viajeros. Eso sí es educación.
Visita express por Hiroshima
La visita iba a ser muy express, porque después teníamos que llegar hasta el puerto para coger el ferry a Miyajima. Una vez en la estación fuimos andando (unos 2km) hasta el castillo de Hiroshima. Paseamos por el parque exterior, sin llegar a entrar al propio castillo.
Luego salimos de allí para buscar unas vistas exteriores que incluyesen el foso/lago (GPS 34,24.0841N, 132,27.4514E). Las horas no eran las mejores para fotografiar así que jugué con el filtro polarizador un un ND para suavizar el agua.
EXIF: 48mm | F/8 | 5″ | ISO 100
Seguimos avanzando hasta llegar al parque Memorial de la Paz (GPS 34,23.5668N, 132,27.1494E), un lugar súper apacible (valga la redundancia). Y para muestra, un botón:
EXIF: 70mm | F/4 | 1/250″ | ISO 200
Este señor estaba justo enfrente de la imagen más conocida de Hiroshima: la Cúpula de la Bomba Atómica ( o Cúpula Genbaku).
EXIF: 42mm | F/2.8 | 1/1000″ | ISO 100
Aquí fue donde el lunes 6 de agosto de 1945, a las 8:15h explotó la primera bomba atómica. Apenas a una distancia de 150 metros en horizontal y 600 metros en vertical de este edificio. Todas las personas murieron en el acto, y este fue el edificio más cercano de los que resistió la explosión. Por ese motivo decidieron conservarlo tal cual quedó, para que sirviese como recordatorio de la devastación nuclear y como símbolo de esperanza y paz mundial.
Pasear por el parque conociendo todos estos datos te hace valorar mucho más la visita dándole la importancia histórica que se merece.
El resto del parque está repleto de monumentos, estatuas y demás detalles conmemorativos de la paz. Esta es la llama de la paz, que sólo se apagará cuando deje de haber amenaza nuclear para la humanidad:
EXIF: 200mm | F/2.8 | 1/1600″ | ISO 100
La vuelta hacia la estación la hicimos por la calle comercial de techo cubierto llamada Hon-dori (GPS 34,23.5716N, 132,27.5904E). Está llena de tiendas freaks con estatuas a la entrada:
EXIF: 70mm | F/5.6 | 1/40″ | ISO 400
Comiendo en Hiroshima
Y para finalizar, el que fue nuestro gran descubrimiento: el restaurante Mitchan Okonomiyaki (GPS 34,23.9076N, 132,28.5306E). No sé si es que estábamos más hambrientos que otras veces pero la comida nos pareció de lo mejor que habíamos comido en todo el viaje.
EXIF: 24mm | F/5.6 | 1/125″ | ISO 1600
EXIF: 52mm | F/6.3 | 1/250″ | ISO 1600
Eran las 12:30h y el restaurante estaba a tope. Comimos en la barra, al lado de las planchas. Hacía bastante calor, pero fue curioso estar en primera fila viendo cómo preparaban los platos.
Para hacer el okonomiyaki, en primer lugar ponían una base de pasta tipo creppe. Luego añadían col, noodles (habían finos o gruesos) y una especie de tortilla. Todo esto cocinado a la plancha era el plato básico. Luego podías añadir ingredientes como carne y pescado de varios tipos, queso, huevo tipo frito (aunque está hecho a la plancha/vapor) o tofu.
Por último añadían una salsa como barbacoa tirando a agridulce que estaba buenísima. Las raciones tenían un tamaño considerable. Sobra decir que acabamos encantados y que disfrutamos un montón.
Cómo llegar a Miyajima desde Hiroshima
De aquí nos fuimos a coger el tren que lleva al puerto desde el que sale el ferry a Miyajima. Exactamente hay que coger la línea Sanyo dirección a Miyajima-guchi. Estos trenes salen con bastante frecuencia, y el precio es de 410¥/persona. La pega que tienen es que hacen muchas paradas.
Una vez en la estación de Miyajima-guchi, hay que andar unos 200 metros hasta el muelle donde sale el ferry. Hay dos compañías que operan: JR y Matsudai Kisen. El precio es de 180¥ en ambos casos, pero si tienes el JR pass el trayecto está incluido, por lo que no te costará nada. Aquí tienes los horarios del ferry de JR.
El trayecto apenas dura 10 minutos, y al poco de salir ya se vislumbra en la lejanía el torii metido en el mar.
EXIF: 70mm | F/9 | 1/400″ | ISO 100
Ryokan en Miyajima
Nada más bajar del ferry y poner los pies en tierra firme, una especie de cervatillos te dan la bienvenida. Están más que acostumbrados a la gente, y se ponen a pedir comida a todo el que pasa. Ya volveríamos más tarde, de momento teníamos que hacer el check-in en el hotel.
Para esta ocasión quisimos darnos el lujo de alojarnos en un ryokan, un hotel tradicional japonés. Sale caro, pero creo que si viajas a Japón tienes que vivir la experiencia al menos una vez. Nosotros teníamos reservado el Miyajima Seaside hotel.
Para llegar hasta allí hicimos andando los 2km que habían desde el puerto. El GPS nos llevó por medio de la isla, por caminos montañosos que subían y bajaban. ¡Menos mal que las maletas las enviamos directas a Osaka!
A las 16h llegábamos al hotel, y aquí viene la primera curiosidad de los ryokan: lo primero que debes hacer al entrar en la recepción es descalzarte.
Al hacer el check-in teníamos que decirles a qué hora queríamos la cena, ya que estaba incluida en la reserva. La sorpresa fue que el último horario de cenas era a las 19h… Nos venía justísimo para hacer las fotos que tenía pensadas. La parte buena es que disponían de servicio shuttle gratuito al ferry, así que podíamos apurar un poco más.
Acto seguido nos explicaron todo lo necesario sobre las instalaciones y nos enseñaron nuestra habitación. Era una pasada… Nada de habitaciones pequeñas. Una pedazo de habitación que, eso sí, hacía tanto de dormitorio como de comedor. A fin de cuentas, es la gracia de alojarse en un ryokan, ¿no? La cama es tipo futón, como en las series de dibujos. Vamos, que duermes en el suelo.
EXIF: 24mm | F/8 | 1/50″ | ISO 800 (bracketing 2 tomas)
Nos dijeron que a la noche vendrían a servir la cena a nuestra habitación. Más tarde recogerían todos los platos, apartarían la mesa y las sillas y nos pondrían los futones. El servicio era súper amable, pero no estamos acostumbrados a tanta atención…
Desde el balcón las vistas no eran espectaculares, pero daban al mar. Más adelante hablaré con más detalle sobre el alojamiento. Ahora teníamos que ponernos en marcha para aprovechar la poca tarde que nos quedaba… Pedimos el servicio de shuttle y nos fuimos hacia el muelle.
Gran Torii del santuario Itsukushima
A eso de las 17h estábamos ya por el muelle, cruzándonos con los simpáticos ciervos. Esta estampa fue muy tierna: mamá ciervo limpiando a lametones las orejas de su cría.
EXIF: 70mm | F/2.8 | 1/200″ | ISO 100
Seguimos avanzando hasta llegar al templo Daisho-in, pero acababan de cerrar hacía nada… Fuera del templo había una zona con más ciervos que mataban por pillar comida 😀
EXIF: 48mm | F/4.5 | 1/125″ | ISO 100
EXIF: 24mm | F/8 | 1/160″ | ISO 100
Ya comenzaba a atardecer, así que volvimos hacia el tori para pillar sitio y fotografiarlo tal cual había planificado con PhotoPills (GPS 34,17.8331N, 132,19.1361E). Me puse de forma que cuando el sol bajase pasase por medio del torii.
El día pintaba feo, estaba bastante nublado y no sabía si al final saldría el sol o qué. A ratos habían claros por los que se colaban rayos en dirección al Gran Torii, lo que le daba a la foto un momento único.
EXIF: 70mm | F/8 | 1″ | ISO 100 (con trípode y filtro ND 10 pasos, bracketing 3 tomas)
Decidí jugar con largas exposiciones para tratar de calmar lo máximo posible el agua. No iba a quedar un reflejo perfecto porque había algo de viento, pero al menos la fotografía transmitiría la calma que sentíamos al estar allí.
Menos mal que planifiqué el sitio exacto en el que ponerme y no me moví del sitio. Como era de esperar, el lugar se llenó de turistas para ver la puesta de sol. Algunos fotógrafos empezaron a recoger sus equipos dando por perdida la tarde. Sin embargo yo no me moví. Total, habíamos quedado con el shuttle a las 18:45h y aún faltaba un rato.
Y la magia sucedió. Justo cuando el sol estaba detrás del Gran Torii las nubes se abrieron durante escasos minutos:
EXIF: 46mm | F/16 | 59″ | ISO 50 (con trípode y filtro ND 10 pasos)
Los fotógrafos que todavía estaban por allí intentaban desesperados posicionarse para sacar la foto con el sol dibujando una línea hasta el torii. De nuevo la fortuna me sonrió, o quizá obtuve mi recompensa por la paciencia y el esfuerzo. Aquí cada cual que lo vea como quiera. Lo cierto es que sólo yo, que ya estaba colocado, y dos fotógrafos que consiguieron plantar sus trípodes pudimos sacar la esperada foto.
EXIF: 62mm | F/8 | 1/15″ | ISO 100 (con trípode)
Le faltaba tan poco al sol para desaparecer detrás de la montaña que opté por quitar rápidamente el filtro ND a costa de que el mar dejase de estar como un espejo… Era eso o arriesgarme a perder el sol en la posición que estaba esperando.
EXIF: 52mm | F/5.6 |1/80″ | ISO 800
Quería haber sacado también una foto en la hora azul con el torii iluminado, pero tuvimos que correr para llegar al shuttle. ¡La cena nos esperaba!
Experiencia en el ryokan
Poco después de llegar a nuestra habitación llamaron a la puerta para comenzar a servir la cena.
El menú consistía en varios platos pequeños a modo degustación, pero si juntabas toda la comida al final había una buena cantidad. Si a eso le sumas que Aleyda no podía comer la mitad de cosas porque tenían carne o pescado… ¡Acabé hinchadísimo!
EXIF: 42mm | F/3.5 | 1/125″ | ISO 1.600
Estos son los platos que incluía el menú:
- Zensai: surtido de comida de temporada.
- Tsukuri: rodajas de pescado crudo.
- Yakimono: ternera asada con verduras.
- Tutamono: repollo relleno de carne.
- Agemono: tempura.
- Mushimono: crema de huevo salado.
- Tousan: almejitas al vapor.
- Sumono: verduras a la vinagreta.
- Shokuji: arroz hervido.
- Owan: sopa con draco (un tipo de pescado).
- Konomono: encurtido de verduras.
- Mizomono: pudding.
- Té
Nos sabía realmente mal por el servicio. Cada vez que nos traían o se llevaban platos les tocaba arrodillarse, ya que la mesa está casi a ras de suelo. La postura también me acabó resultando incómoda. Uno no es muy elástico, y comer en posición de “toro sentado”…
Tal y como nos dijeron, una vez retirada la comida nos montaron los futones. Pero antes de irnos a dormir nos fuimos a probar los onsen (los baños/termas típicos) para relajarnos un poco 🙂
Este onsen no era mixto, y había que entrar completamente desnudos. Así que cada uno por su lado, entramos a lo que podría parecerse a un vestuario normal y corriente con bancos, pilas, espejos, secadores y demás. Tras dejar la ropa en los banquitos ya podías pasar a lo que sería el spa. Naturalmente, ¡no esperes fotos de aquí!
En esta sala “spa” habían un montón de duchas tipo alcachofa a una altura muy bajita, y cada una tenía un pequeño taburete. Me repito mucho pero es que la experiencia es de verdad como estar metido en una de las series de dibujos que tanto hemos visto de pequeños. Ya sabes, se duchan sentados. También tenías la pequeña piscina de agua caliente, donde se suelen poner con la toalla plegada en la cabeza para que no se moje.
Para los japoneses este baño supone todo un ritual, y se pueden tirar un buen rato allí. Hay que entender que viven en casas tan pequeñas que de vez en cuando un buen baño en el onsen debe ser muy gratificante.
Limpios y relajados nos fuimos a dormir. Dormir en el suelo sin un colchón puede parecer incómodo, pero el futón también es blandito y no estuvo mal como experiencia.
Al día siguiente desayunamos en el hotel. En mi caso elegí menú tradicional japonés, mientras que Aleyda eligió el continental. Todo muy bueno, pero debería habérmelo pensado dos veces porque para desayunar no es que apetezca mucho comer pescado y marisco con arroz, etc. 😥
Después cogimos el shuttle de vuelta al muelle.
Templo Daisho-in
Tras el fracaso de ayer al intentar entrar a este complejo de templos, lo intentamos de nuevo por la mañana antes de abandonar Miyajima.
La peculiaridad de Daisho-in es que está construido en el monte Misen, y para visitar los distintos santuarios y templos hay que ir subiendo un montón de escaleras. Estas escaleras tienen en el pasamanos unas bolas giratorias que los fieles deben ir tocando con sus manos cuando suben y bajan del templo, a modo rosario.
EXIF: 48mm | F/5.6 | 1/250″ | ISO 100
También es conocido por la multitud de estatuillas de budas, cada una con un gorro, bufanda o chaleco rojos.
EXIF: 46mm | F/4 | 1/40″ | ISO 400
EXIF: 24mm | F7.1 | 1/100″ | ISO 200
Aunque si tuviera que destacar algo de Daisho-in es que respiras la esencia de un lugar religioso en estado puro. Me refiero a que no notas ese afán “recaudatorio” donde pagas una entrada para ver algo que está muy preparado para el turismo.
EXIF: 46mm | F/5.6 | 1/250″ | ISO 100
Tiene un encanto especial, además de por su espiritualidad por los preciosos alrededores que son pura naturaleza. Al estar construido en el propio monte hay abundante vegetación e incluso un riachuelo.
EXIF: 24mm | F/6.3 | 1/40″ | ISO 3.200
Y aquí acaba nuestro paso por Miyajima. Nos quedamos con ganas de haber estado al menos un día más para verlo todo con calma, y haber hecho el trekking al monte Misen. Tendrá que ser la próxima vez… 🙂
¡Nos vemos en Osaka!
Índice
- Preparando una ruta de 2 semanas
- Tokyo: Shinjuku, Meiji y Shibuya
- Tokyo: del Palacio Imperial a la Torre Mori
- Tokyo: Bunkyo, Yanaka, Ueno y Senso-ji
- Tokyo: Chureito Pagoda y Rainbow Bridge
- Tokyo: Nikko, Rainbow Bridge y Tokyo Station
- Matsumoto
- La ruta Nakasendo: de Magome a Tsumago
- Kyoto: Fushimi Inari-taisha y Yasaka dori
- Kyoto (Arashiyama, templos y geishas)
- Hiroshima y Miyajima
- Osaka (excursión a Nara + Umeda Sky building)
- Osaka (barrios comerciales y el castillo)
Galería de fotos en Flickr: Japón
Extra: Estadísticas fotográficas del viaje a Japón
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