Que el tiempo en Tokyo se nos pasase rápido es muestra de que lo pasamos genial. Es una ciudad muy grande y habiendo usado dos mañanas para hacer excursiones se nos quedaron cosas por ver. También quedó pendiente hacer una excursión a Kamakura, pero no había más tiempo y ya vimos bastantes templos en Nikko.
En cualquier caso, ya tocaba cambiar de aires hacia zonas más tranquilas. Nuestro próximo destino era Matsumoto para ver su precioso castillo y seguir disfrutando del hanami.
A las 10h nos levantamos y desayunamos en la habitación del hotel cosillas que habíamos comprado el día anterior en el supermercado. Nuestro tren salía a las 12h y teníamos que abandonar la habitación a las 11h, así que aprovechamos para usar la lavandería del propio hotel.
De camino a la estación de Shinjuku me paré a fotografiar un edificio peculiar que se llama Shinjuku Obama Building (GPS 35º 41′ 32″N, 139º 42′ 22″E). Habíamos pasado un millón de veces por allí, pero siempre con prisas o de noche, así que no lo había fotografiado todavía:
EXIF: 46mm | F/8 | 1/800″ | ISO 100
Teníamos 3 horitas largas en el tren hasta Matsumoto, así que nos pusimos a leer cada uno con su Kindle y a pasar el rato. También picoteamos algo que habíamos comprado antes porque llegaríamos tarde para comer.
Llegada a Matsumoto
El tiempo pintaba mal, habían nubes grises con pinta de lluvia. Ya lo habíamos mirado en la predicción del tiempo y parecía cumplirse, aunque de momento se aguantaba.
Lo primero que hicimos al llegar fue ir al hotel a dejar las maletas. El Ace Inn Matsumoto resultó estar cerquísima de la estación, lo cual fue de agradecer. En recepción tenían máquina de café, té y agua gratis, y además nos dieron un plano de la ciudad y nos explicaron lo principal que había para ver. Básicamente el castillo y dos callecitas que bordean el río que conservan un aspecto más tradicional. Parece que íbamos a tener suerte porque esa semana había fiestas para celebrar la llegada del hanami. Por la noche había un festival en el castillo de música clásica japonesa (llamada gagaku) y el castillo iba a estar iluminado. Además el acceso al jardín interior (Honmaru garden) era gratuito.
La habitación viniendo de la de Tokyo era un poco más grande, pero sin pasarse, y estéticamente era más antiguo. De todos modos cumplía con nuestros requisitos de limpieza y calidad/precio. Está cerca de la estación, muy conveniente para no cargar con las maletas, y más cuando esta parada era de una sóla noche. Además al castillo se llega en 15 minutos (son 1,1km) y en ese mismo camino puedes ver el resto de cosas. Creo que fue una decisión acertada.
Centro de Matsumoto
Sin más demora nos pusimos a andar hacia el centro. En 700 m. llegamos al puente que cruza el río Ta (GPS 36º 14′ 04″N, 137º 58′ 14″E). Parece que en esta zona de Japón sí que íbamos a poder ver los cerezos en flor como Dios manda.
EXIF: 32mm | F/8 | 1/80″ | ISO 100
EXIF: 70mm | F/9 | 1/80″ | ISO 250
EXIF: 32mm | F/9 | 1/50″ | ISO 100
También vimos las calles tradicionales, que resultaron ser más bien negocios montados casetas de madera. Justo al lado estaba el templo Yohashira (GPS 36º 14′ 06″N, 137º 58′ 14″E)
EXIF: 38mm | F/9 | 1/60″ | ISO 100
Matsumoto castle
El castillo de Matsumoto (GPS 36º 14′ 19″N, 137º 58′ 09″E) fue construido en el año 1.597. También fue conocido como el Castillo de los Cuervos por su color predominantemente negro. Actualmente está considerado Tesoro Nacional, destacando por ser uno de los pocos castillos japoneses (junto con el de Osaka y el de Himeji entre otros) que conservan su construcción original. La mayoría de castillos son reconstrucciones más modernas o están en ruinas.
Su altura alcanza los 30 metros, y desde sus torres ofrece unas amplias vistas sobre los jardines, la ciudad y montañas más lejanas. Es uno de los pocos que ha sido construido en una zona pantanosa en vez de un terreno más rocoso. Esto obligó a los constructores a usar largos maderos en el suelo y apoyarlo sobre un muro de piedra de 7 m. de alto.
El castillo tiene un parque exterior que es una auténtica preciosidad. Nosotros que pudimos verlo con los cerezos en flor quedamos impresionados, aunque no nos pudimos detener mucho porque queríamos visitar el interior. Ir a una ciudad sólo por su castillo y no hacer la visita nos parecía un delito. Andando por el parque llegamos hasta un puente de piedra que da acceso a la puerta de Kuromon. El horario era de 8:30h a 17h, y el último acceso era media hora antes del cierre. Con el tiempo justo pagamos los 610 ¥/persona que valía la entrada y nos metimos para dentro cruzando por la puerta de Kuromon.
Aquí te dejo un pequeño plano del lugar para que te puedas situar mejor:
Visita al interior del Matsumoto castle
Lo primero que se ve tras cruzar los muros es el Honmaru garden (GPS 36º 14′ 19″N, 137º 58′ 09″E), el jardín interior. Bajo mi punto de vista el parque exterior es más bonito, porque el de dentro está bastante más desértico. Eso sí, permite contemplar el castillo sin que te lo tapen los árboles. También hay una tienda y servicios públicos.
48mm | F/5.6 | 1/200″ | ISO 100
Para acceder al interior del castillo te piden que te descalces y te dan una bolsa de plástico para que metas las zapatillas y te las lleves detrás durante la visita. Llevar una bolsa en la mano normalmente no supone un gran trastorno. En este caso sí que hizo la visita más incómoda. Las escaleras eran muy estrechas (a mí no me cabía el pie) y empinadas, de forma que a veces tenías que hacer un poco de contorsionismo para no chocarte con el techo. Había gente que incluso bajaba de espaldas para no tener que doblarse como si jugase al limbo. Para más dificultad, éramos muchos haciendo la visita y se creaban tapones en cada escalera.
Las vigas y el suelo de madera te transportan a otra época, y andar descalzo ayuda a incrementar esa sensación.
EXIF: 24mm | F/3.2 | 1/25″ | ISO 1.000
En cada sala puedes ver reliquias y textos explicativos, como esta armadura samurái:
EXIF: 35mm | F/5 | 1/40″ | ISO 6.400
Conforme vas subiendo plantas vas teniendo unas mejores vistas sobre los jardines y la ciudad, y apreciando detalles de los tejados. También se alcanza a ver el puente Uzumibashi.
EXIF: 70mm | F/3.2 | 1/125″ | ISO 100
EXIF: 200mm | F/8 | 1/200″ | ISO 900
EXIF: 24mm | F/10 | 1/25″ | ISO 140
Cuando acabamos la visita empezaba a chispear. Nos dimos prisa en volver, no sin antes poner un cuño del castillo en nuestra libreta (allí es bastante habitual cuando visitas castillos o templos) y sacar alguna que otra foto.
EXIF: 26mm | F/7.1 | 1/30″ | ISO 125
Al mal tiempo buena cara
A partir de aquí el día empezó a torcerse. Primeramente fuimos a buscar comida para “cenar” pronto (más bien merendar) y poder hacer la foto al atardecer al castillo. Hicimos cola en un restaurante y cuando casi nos iban a atender no encontraba mi cartera. Nos tocó salirnos de la cola con el susto en el cuerpo, para luego recordar que la había puesto dentro de la mochila… Pasamos de volver a ponernos en cola, porque el servicio iba lentísimo.
Siguiendo con nuestra búsqueda dimos con un local que tenía buena pinta. Un pasillo separaba las mesas a izquierda y derecha. Eran mesas de 4 y tenían cortinas que colgaban a mitad altura de forma que no podías ver la cara de quienes estaban sentados. Luces ténues hacían que el ambiente fuese todavía más privado.
Pintaba bien, pero en la carta no había ni un solo plato que pudiese comer Aleyda. Todos llevaban carne o pescado, aparte de que no tenían carta en inglés. Tratamos de hablar con la camarera, pero no hablaba nada de inglés. Fue a llamar a otra compañera y más de lo mismo… Al final, nos hicimos entender ayudados por el traductor del movil. La única opción que le podían dar era una pizza margharita. Yo me pedí un plato de carne, sin saber realmente qué era. En la foto pintaba bien, pero cuando me lo trajeron era enano.
Salimos de allí y nos tomamos de postre un cono del Mc Donald’s (ahí no podíamos fallar). Y justo cuando volvíamos a la calle empezó a llover. Cuando llegamos al castillo todavía llovía con más fuerza… ¡No puede ser! Todo el día como mucho chispeando y justo en el momento de hacer la foto caía una cortina de agua. Qué desastre…
Había venido hasta Matsumoto por su castillo y no me iba a ir sin llevarme algo, así que lo intenté de todas formas. La cosa estaba complicada, sólo teníamos los ponchos para cubrirnos nosotros y la cámara.
Imagínate la escena: lloviendo sin parar, tener que soltarme la mochila por dentro del poncho, sacar cámara y objetivo, montar el trípode, colocar la cámara, enfoca, encuadra y cambia parámetros. Todo ello sujetando el poncho por encima de la cámara e intentando que no se colase en el encuadre a la hora de disparar. Apenas podía revisar el resultado…
Con la ayuda de Aleyda, hasta intentamos iluminar los cerezos que teníamos sobre nuestras cabezas con una Maglite Mini. Salió un poco churro pero no dábamos para más.
La escena era bonita, pero con lo engorrosa que era la situación salí con la impresión de que había salido todo mal. Además había mojado el equipo por primera vez en la vida. Llámame exagerado pero cuido bastante mis cosas, sobretodo cuando son tan caras.
El caso es que una vez en casa pude comprobar que había salvado bastante bien la situación. Aquí puedes ver el resultado:
EXIF: 24mm | F/8 | 1/2″ | ISO 100 (con trípode y linterna Maglite Mini)
EXIF: 26mm | F/8 | 2″ | ISO 100 (con trípode, bracketing 2 tomas)
Después, durante un breve instante la lluvia aflojó hasta caer sólo alguna que otra gotita, lo que me permitió trabajar un poco más cómodo. Hice un bracketing de 3 tomas: una intermedia, una para controlar altas luces y otra para las sombras y calmar el agua.
EXIF: 24mm | F/8 | 4″ | ISO 100 (con trípode, bracketing 3 tomas)
Ya que estábamos, nos acercamos a ver el festival. Había un grupo de 4 músicos subidos a una de las terrazas del castillo y habían puesto bancos en el jardín para que la gente se sentase. A pesar de estar a cubierto, los bancos estaban algo mojados. La música en sí… pues eso, curiosa de oir pero un ratito nada más.
Después de esta experiencia acabamos volviendo al hotel empapados, y lo primero que hice fue abrir la mochila y secar todo el equipo.
A quién madruga Dios le ayuda
Cuando llegamos al hotel extendimos la ropa como pudimos y me puse el despertador a las 4:00 a.m. Había decidido que si me levantaba y hacía buen tiempo iría, y sino me quedaría en la cama para no perder el tiempo.
Sin embargo, cuando sonó la alarma seguía lloviendo, y pensé “prefiero cabrearme por haber madrugado en vano que por no haberlo intentado”. Habíamos ido a propósito hasta esta ciudad alejada del resto de nuestra ruta para hacer esa foto. Y como me quedase a dormir y luego hubiese dejado de llover me iba a tirar de los pelos. No me iba a ir de allí sin ella.
Cargado con la mochila y el equipo, el chubasquero, un paraguas y el móvil lleno de podcasts por escuchar puse rumbo al castillo, mentalizado en que tenía disfrutar del momento y no preocuparme por lo que saliese de allí. No sé qué es lo que tiene levantarte temprano pero en cierto modo te pone las pilas.
Para no estar aburrido, decidí motivarme escuchando el podcast que acababa de publicar Víctor Gonzalo donde entrevistaba a Javier de la Torre sobre localizaciones y auroras boreales en Islandia. Uno de los destinos que tengo pendiente…
Ya en el parque seguía lloviendo, pero de una forma más débil. Hice algunas fotos, teniendo que cubrir de nuevo la cámara, esta vez con un paraguas pequeño. Al principio tenía todo el parque para mí, después llegó otro fotógrafo más. Ahí estábamos los dos pringados… qué afición más sacrificada 😀
EXIF: 35mm | F/11 | 8″ | ISO 100 (con trípode)
EXIF: 30mm | F/11 | 10″ | ISO 100 (con trípode, bracketing 3 tomas)
Como suele pasar en fotografías “urbanas”, al amanecer los edificios están poco o nada iluminados, al contrario que en el atardecer.
Y como por arte de magia, a medida que amanecía fue parando la lluvia hasta ser apenas unas chispillas de nada. Empezaron a aparecer más fotógrafos, como los caracoles. Éramos como 6 o 7, más algunos lugareños que paseaban con perro o hacían un poco de deporte por el parque.
Hice varias tomas desde distintos lugares, jugando en la composición con los cerezos, los cisnes, los reflejos del agua y el puente rojo (Uzumibashi). A fecha de hoy todavía no las tengo todas editadas, pero os dejo alguna aquí:
EXIF: 32mm | F/8 | 1/5″ | ISO 100
EXIF: 32mm | F/8 | 1/4″ | ISO 100 (con trípode, panorámica de 7 tomas verticales con bracketing de 3 tomas, 21 fotos en total)
EXIF: 24mm | F/11 | 60″ | ISO 100 (con trípode y filtro ND 10 pasos, panorámica de 4 tomas horizontales con bracketing de 2 tomas, 8 fotos en total)
Resumen del madrugón: el amanecer no fue nada espectacular, pero al menos dejó de llover. Puedo decir que el esfuerzo valió la pena, y ahora recuerdo con muchísimo cariño ese día. La suerte no hay que esperarla sino salir a buscarla.
De camino al hotel volví a pasar por la calle de tiendas antiguas y por el puente que cruza el río Ta para hacer alguna foto más. El Sol se había animado a salir y nos auguraba un día con bastante mejor tiempo.
EXIF: 52mm | F/8 | 1/1000″ | ISO 200 (blending 3 tomas con 2EV de diferencia cada una)
EXIF: 26mm | F/11 | 4″ | ISO 100 (con trípode y filtro ND 10 pasos, bracketing 2 tomas)
Conclusiones sobre Matsumoto
A estas alturas te estarás preguntando una cosa: ¿merece la pena ir hasta Matsumoto? Se puede decir que esta ciudad no tiene nada salvo el castillo, aunque todo tiene cierto encanto, y más si te coincide con el hanami como a nosotros.
Por tanto, depende de tí y de lo que te interese ver el histórico castillo. También te preguntaría si vas a visitar otros castillos. Nosotros fuimos después al de Osaka (aunque sólo por fuera) y también nos encantó. Son similares pero a la vez distintos, cada uno tiene lo suyo. Sin embargo, teníamos pensado ir de excursión al de Himeji y lo descartamos porque parecía más de lo mismo pero en soso. Habiendo visto dos ya era suficiente, queríamos ir más desahogados y relajarnos en la etapa final del viaje.
He intentando aconsejarte de una forma lo más objetiva posible, pero a título más personal guardo un gran recuerdo de esta parte del viaje. Yo creo que es sobretodo debido a la experiencia satisfactoria del madrugón. También es que me encanta la lluvia, a pesar del engorro que supuso para hacer fotos, y los nubarrones dan una atmósfera melancólica única. El caso es que me encantó.
Comienza el día para el resto del mundo
Y ahora sí, me fui a por mi merecido desayuno y ¡a celebrar el cumpleaños de mi mujer! Qué mejor forma de comenzar su día que con el desayuno buffet libre que teníamos incluido en el hotel. Era pequeño pero no estaba nada malo, la verdad.
Después recogimos las cosas (algunas todavía mojadas) y nos fuimos a la estación, a coger el tren de las 8:26h con destino Nakatsugawa. Nos esperaba un día intenso, explorando otra región del interior: recorreremos la antigua ruta de Nakasendo. Pero eso es otra historia 😉 ¡Hasta la próxima!
Índice
- Preparando una ruta de 2 semanas
- Tokyo: Shinjuku, Meiji y Shibuya
- Tokyo: del Palacio Imperial a la Torre Mori
- Tokyo: Bunkyo, Yanaka, Ueno y Senso-ji
- Tokyo: Chureito Pagoda y Rainbow Bridge
- Tokyo: Nikko, Rainbow Bridge y Tokyo Station
- Matsumoto
- La ruta Nakasendo: de Magome a Tsumago
- Kyoto: Fushimi Inari-taisha y Yasaka dori
- Kyoto (Arashiyama, templos y geishas)
- Hiroshima y Miyajima
- Osaka (excursión a Nara + Umeda Sky building)
- Osaka (barrios comerciales y el castillo)
Galería de fotos en Flickr: Japón
Extra: Estadísticas fotográficas del viaje a Japón
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