Planificando excursiones en Lombok
Tocaba cambiar de isla de nuevo, esta vez a Lombok. Había leído información sobre la isla y prometía ser bastante más salvaje que Bali. Según se comentaba era como una isla todavía por explotar, con carreteras en mal estado, etc.
Me encantaba la idea de visitar sitios menos turísticos, pero debo admitir que por otro lado me asustaba un poco lo que pudiésemos encontrar. Esto hizo que hasta casi última hora no me terminase de decidir sobre cómo hacer las excursiones. ¿Por nuestra cuenta o con un guía?
Así que durante nuestros ratos libres en el viaje estuve buscando información sobre el recorrido a hacer y guías en Lombok. Encontré agencias que hacían tours tanto en grupo como individuales, pero todas tenían un recorrido fijo, que aunque podías variarlo a tu gusto no te daban tanta libertad como disponer de un chofer-guía privado.
Finalmente descartamos usar transportes públicos para ir por nuestra cuenta porque no nos daría tiempo a ver todo lo que queríamos. El guía que elegí fue Yoga (yoga_lombok@yahoo.com). Después de mucho comparar vimos que todos tenían un precio estandar y que no los sacabas de ahí, así que elegimos este por darnos más confianza. El precio fueron 600.000 IDR por día incluyendo chófer, combustible y coche con aire acondicionado. Al cambio eran unos 40€.
Sé que es mucho para los que les gusta viajar low cost, pero creeme que merece la pena que te lleve alguien que conoce estas zonas. Y sobre todo supone una enorme optimización del tiempo: no esperas al transporte público ni hacer transbordos, te llevan directo y más rápido a los sitios y fresquitos. Nos recogerían en el puerto y saldríamos directos a hacer una excursión para aprovechar el día. Además aprovechas las visitas ya que te dan información de todo lo que vas viendo.
Arrancamos el viaje
El día anterior contratamos el ferry que nos llevaría hasta Lombok en una de las casetas de venta que hay en el puerto de Gili. El puerto al que nos llevaría era Bangsal, en vez del de Senggigi que es donde estaba nuestro hotel.
Aquí de nuevo una ventaja de haber contratado chófer: ni teníamos que desplazarnos 24km hasta el hotel para dejar las mochilas antes de ir de excursión, ni las tendríamos que llevar encima todo el día.
A las 11h aproximadamente cogimos el ferry y en poco menos de 1h ya habíamos llegado a Lombok. Sólo hicimos una parada en Gili Air.
EXIF: 24mm | F/9 | 1/100″ | ISO 100 (con polarizador)
El chófer nos estaba esperando con un cartelito. Yoga no había podido venir personalmente y en su lugar envió a Lalu, un conocido que también se dedicaba a hacer tours.
Os digo también que si no habéis contratado con antelación un chófer siempre podéis hacerlo en el propio puerto/aeropuerto, pues está plagado y se te echan encima para que les contrates. La ventaja de buscar por internet previamente es que puedes hacerte una idea del precio y además contratar a alguien que venga recomendado y no a un completo desconocido.
Sin más entretenimiento, nos pusimoso en marcha hacia la primera excursión: las cascadas Sendang Gile y Tiu Kelep.
Cascada Sendang Gile
Esta es la visita que más ganas tenía de hacer, había visto fotos y era un sitio con muchas posibilidades. El poblado desde el que comienza la excursión se llama Senaru, y está a unos 50km del puerto de Bangsal (GPS 8,18.46S, 116,24.15E). Traducido a tiempo es más o menos 1h 30min.
Durante el recorrido Lalu nos fue dando conversación. Hay que ver cómo les gusta el fútbol español a los indonesios (aunque la mayoría son del Madrid o el Barça y no conocen mucho más). También nos fue comentando en lo que iba a consistir la excursión de hoy.
Antiguamente las excursiones a las cascadas eran totalmente libres y gratis. Sin embargo los habitantes de Senaru vieron negocio y desde hace unos años las visitas a las cascadas se hacen de forma guiada por alguien de la comunidad. Lalu nos explicó que significaba mucho para el poblado la colaboración de los turistas para poder progresar, modernizar las viviendas, crear escuelas, etc.
Hasta ahí todo me parecía correcto, al fin y al cabo es un donativo con buen fin. Sin embargo cuando llegamos nos pegaron un clavazo de cuidado. Nos sacaron un papel donde indicaban las tarifas oficiales. Llegados a este punto valoré la opción de darnos media vuelta. Si no lo hice fue porque habríamos pagado el día de chófer para nada y perdido un día, aparte de dejar de visitar el sitio que más ilusión me hacía de toda la isla…
El clavazo me sigue doliendo casi un año después, y más cuando leyendo después en el foro losviajeros ví que era una práctica habitual y que si regateas mucho o tiras a irte te bajan el precio a menos de la mitad. Auch! Sólo me queda consolarme pensando que van a usar el dinero con un buen fin (¡eso espero!), y aprender para informarme mejor la próxima vez.
También he leído de gente que se ha hecho la sueca y en vez de entrar por el sendero donde van los guías entraron por otro sitio por su cuenta y gratis. Tampoco creo que sea plan de eso, aunque después del clavazo si algún día vuelvo quizá me lo plantee para recuperar el descuento que me tenían que haber hecho. 😈
Así que nada, nos presentaron a nuestro joven guía e iniciamos la ruta. Los guías son los niños del pueblo, que van turnándose y luego se llevan una comisión. Mucho vendernos que querían hacer escuelas pero esto se llama explotación infantil.
Dejando de lado el tema dinero (prometo no quejarme más) nuestro guía fue excelente. Nos fue explicando a lo largo de todo el recorrido y ayudándonos en lo que necesitábamos. La visita se puede hacer en el orden que se prefiera, yo elegí dejar la mejor para el final. Así que nos encaminamos hacia Sendang Gile.
El camino era de tierra y bastante fácil de seguir, y las vistas eran muy bonitas con palmeras y campos típicos del clima tropical. Luego llegamos a una zona de escalinatas empinadas, y al poco de bajarlas ya apareció ante nosotros la cascada Sendang Gile.
Saqué mi equipo y empecé a echar fotos. Al guía parecía gustarle el tema, aparte de quedarse alucinado con tanta preparación no paraba de preguntar e interesarse por la fotografía. Supongo que no muchos guiris hacen trekking llevando trípode, reflex, dos objetivos y filtros…
EXIF: 18mm | F/11 | 10″ | ISO 100 + 18mm | F/11 | 2.5″ | ISO 100 (con filtro ND 10 pasos)
La gente se ponía a bañarse y a darse un masajito en los riñones debajo de la cascada. Yo no lo probé pero con la fuerza que caía debía doler un poco.
EXIF: 22mm | F/9 | 1/30″ | ISO 100
Para hacer la primera foto me alejé del barullo de gente y me metí dentro del río. La idea era hacer un efecto seda y de paso borrar a la gente. Para ello usé el filtro ND de 10 pasos (y trípode, claro). No me bastó con una única toma porque la gente no se movía mucho y salía el rastro de su movimiento, tuve que hacer varias para acabar de borrarlos.
En la segunda toma sí opté por una obturación más rápida, suficiente para congelar el movimiento de las personas pero no del todo en el agua. Ambas las hice con el gran angular Nikkor 18-35 AF-S G.
Ver la cascada en persona impresiona más que viendo las fotos, aún así la siguiente cascada fue mucho más espectacular. ¡Vamos allá!
Cascada Tiu Kelep
El camino hacia Tiu Kelep fue un poco más complicado, aunque nada peligroso. Primero subimos las escaleras que habíamos bajado previamente. Luego cruzamos por un pequeño puente de hormigón, y más adelante tuvimos que cruzar el río llegándonos el agua hasta los gemelos. Las rocas resbalaban bastante y había que ir con cuidado.
Y por fin llegamos a la famosa cascada. No es que hubiese un montón de gente, pero la suficiente como para no poder hacer una foto “limpia”. Dejamos la mochila con el guía y nos adentramos en el río para acercarnos a la cascada. Me arriesgué llevando la cámara con el gran angular, pues había zonas en las que el agua llegaba a sobrepasar las rodillas y mucha gente que se pegaba resbalones con las piedras y acababa sentada…
Llegué a ponerme a escasos metros de la caída del agua, pero decidí no arriesgar más ya que tampoco se apreciaba demasiado bien y las gotas que salían despedidas hacían imposible sacar fotos en condiciones.
Volví hasta el guía para dejarle la cámara y me adentré de nuevo para disfrutar del frescor del lugar. ¡Eso sí que es respirar aire puro y sin contaminación! El agua estaba bien fresca, así que no duramos mucho más tiempo. Volvimos con el guía y empecé a estudiar desde dónde llevarme la foto que tenía en mente.
No fue muy complicado. Delante tenía una roca que quedaba por encima de la mayor aglomeración de gente, que estaba alrededor nuestra. Solo quedarían los que se estaban bañando en ese momento. A pesar de ser una roca suficientemente grande para plantar el trípode, no dejaba de ser algo arriesgado por los resbalones. Con paciencia y ayuda de Aleyda que me fue pasando el material poco a poco conseguí montarlo todo y hacer la foto. La graciosilla aprovechó mientras montaba el trípode para sacarme una foto.
EXIF: 18mm | F/10 | 1/100″ | ISO 1.250
EXIF: 20mm | F/11 | 8″ | ISO 100 + 20mm | F/11 | 4″ | ISO 100 (aquí puedes ver cómo la hice)
Me llevé una sorpresa cuando revisé las fotos y es que el guía nos hizo fotos mientras nos bañábamos. Como tenía configurada la cámara a mi estilo, la mayoría de fotos no salieron bien (tengo el enfoque disociado, y tenía el bracketing activado). En otra ocasión me podía haber enfadado porque no es un juguete, pero bueno, en todo momento lo trató con cuidado.
Antes de volver, el guía nos dió unos plátanos, agua y galletas tipo “Artiach” rellenas de crema. Todo muy rico, y más después del día intenso que llevábamos.
El camino de vuelta no dejó de ser curioso. Cuando llegamos al puente de hormigón que habíamos cruzado previamente, nos metieron por dentro de una acequia que cruzaba por dentro de la montaña. Estábamos totalmente a oscuras, sólo iluminados por algún flash de móvil y por unos agujeros que de vez en cuando daban al exterior. El camino serpenteaba, y de vez en cuando teníamos que pisar sobre unas verjas metálicas que habían puesto para evitar que metiéramos el pié en unos agujeros. Fue una experiencia chula, la verdad.
EXIF: 18mm | F/5 | 1/60″ | ISO 640 (con Flash)
Camino al hotel
Cuando llegamos de nuevo al poblado comimos en el restaurante donde comenzaban las excursiones. Sin que llegase a estar malo, creo que es el peor en el que comimos en todo el viaje. Pero dadas las horas que eran decidimos picar algo e irnos.
Por el camino empezó a llover, y vimos una moto recién accidentada. Se trataba de un adulto con dos niñas… Estaban llorando pero parecían estar bien, y ya les estaban atendiendo unos viandantes. No es de extrañar que pasen esas cosas porque utilizan las motos para ir 3 personas o cargadas de cosas. Creo que hay furgonetas que pueden llevar menos carga que una de esas motos. Les hacen unos acoples rollo maletero de aproximadamente 1m. de ancho por otro de alto. Impresionante.
A lo tonto llegamos a nuestro hotel oscureciendo. Hicimos el check-in y descansamos para estar frescos al día siguiente.
El hotel en el que nos alojamos era el Graha Senggigi Beach, un hotel normalito pero limpio y con buen servicio de recepción.
La gran pega de este alojamiento es que las habitaciones están situadas en dos áreas separadas por la carretera principal del pueblo. La zona buena está pegada a la playa y tiene el restaurante al lado. La zona mala como os podéis imaginar está al otro lado de la carretera…
Por si no os lo he contado ya, cruzar carreteras en Indonesia es un auténtico infierno por el caos que hay de tráfico. Lo bueno es que el propio hotel tiene a un trabajador haciendo de guardia de tráfico para ayudar a cruzar a los clientes.
Lombok Pottery Centre
Después del desayuno buffet en el hotel, Lalu vino a recogernos y empezamos las excursiones de hoy. Nosotros sólo le habíamos pedido ver las playas más famosas del sur, pero como lo teníamos contratado para todo el día y nos sobraba tiempo, nos llevó a ver cosas tradicionales que pillasen de camino.
La primera parada fue en un centro de artesanía donde fabrican y decoran artículos de arcilla para vender a modo “comercio justo”. El centro pertenece a Mataram, la ciudad más importante de Lombok, y las coordenadas aproximadas son estas: GPS 8,35,37S, 116,7.18E.
Fue una parada breve, vimos un poco cómo trabajaban el barro y pasamos por la tienda para ver los productos acabados.
EXIF: 70mm | F/4 | 1/40″ | ISO 1.600
EXIF: 62mm | F/5.6 | 1/40″ | ISO 400
Sade: poblado tradicional Sasak
La siguiente parada nos resultó un poco más interesante.
Lalu nos llevó a un poblado llamado Sade (coordenadas GPS aproximadas 8,50.21S, 116,17.31E). En este poblado viven habitantes llamados Sasak, los cuales mantienen unas costumbres muy tradicionales.
Por ejemplo, sólo pueden casarse entre miembros de la comunidad Sasak, en caso contrario se les destierra del poblado. Otra de las condiciones para que las mujeres puedan casarse es que sean capaces de coser un Songket, una especie de pañuelos y mantas de bordados muy coloridos. Por ello, desde niñas se dedican a aprender la técnica, y se tiran horas y horas al día cosiendo.
EXIF: 44mm | F/5.6 | 1/100″ | ISO 800
EXIF: 32mm | F/4.5 | 1/30″ | ISO 2.000
Después de ver cómo lo fabrican y de imaginarnos cómo se nos quedaría el cuerpo después de estar trabajando durante todo el día en esas posturas, nos hicieron vestirnos a la manera tradicional y nos subimos junto a una casa de construcción típica de este poblado.
EXIF: 24mm | F/3.2 | 1/160″ | ISO 200
Vaaale, ya puedes parar de reír! 😆
A continuación nos llevaron al poblado, donde transcurre su vida cotidiana.
EXIF: 38mm | F/7.1 | 1/500″ | ISO 200
EXIF: 34mm | F/5 | 1/30″ | ISO 3.200
EXIF: 50mm | F/5.6 | 1/250″ | ISO 1.000
Nos resultó una visita muy curiosa, era como teletransportarte a un pasado muuuy lejano. Mira que no soy de hacer retratos, pero las fotos aquí salían solas…
Playa Selong Belanak
Una vez hechas las visitas culturales, fuimos hasta la playa Selong Belanak (GPS 8,52.21S, 116,9.41E). Los que no se alojan en uno de los complejos con acceso directo a la playa tienen que pagar el parking.
EXIF: 24mm | F/10 | 1/125″ | ISO 100 (con polarizador) (panorámica de varias fotos)
Las aguas de esta playa no son tan cristalinas como las de Gili, pero tienen un color turquesa muy bonito.
EXIF: 35mm | F/10 | 6″ | ISO 100 (con polarizador y filtro ND 10 pasos)
Recorrimos la orilla hasta llegar a la montaña y volvimos. Era un poco pesado andar porque la arena mojada hacía que se hundieran los piés casi un palmo…
Como no podías usar las tumbonas si no eras cliente del hotel, decidimos irnos la siguiente playa, aparte de que allí era donde Lalu nos recomendaba comer.
Playa Tanjung Aan
Esta playa era un poco más de lo mismo (GPS 8,54.36S, 116,19.14E), similar a la de Selong Belanak. También es semi-privado: para entrar debes pagar el parking o bien alojarte en el hotel. Lalu conocía al dueño del hotel/restaurante así que no tuvimos que pagar.
La diferencia con respecto a la anterior es que esta playa estaba un poco más acondicionada, la zona de arena era más extensa y podías andar tranquilamente por la orilla sin ir hundiéndote.
Al poco de llegar decidimos comer. Una terracita con vistas a la playa, sombra, comida buenísima y un precio bastante normal para estar en un punto tan deluxe… ¡Qué más se puede pedir!
Como buen español, después de la comida ¿qué toca? Correcto, ¡la siesta! Buscamos un sitio en sombra cerca del restaurante y allí nos tumbamos un rato. Poco después el Sol ya nos estaba quemando las piernas, así que fuimos a pegarnos un chapuzón. Tenía mis dudas sobre si llevarme las gafas de sol o no, sin embargo Aleyda me dijo “yo sí me las llevo, total sólo vamos a entrar a refrescarnos”. Y esa es la historia de cómo unas bonitas Ray-ban pasaron a ser propiedad del océano Índico… Y para más fastidio me quedaba sin gafas de sol para el resto del viaje 👿
Como si el cielo compartiese mi rabia, salimos del agua y al poco el cielo empezó a nublarse. No es que supiésemos mucho nosotros de tormentas viviendo en Valencia, pero el viento que hacía pintaba mal, y el hecho de que en el restaurante empezasen a plegar las sombrillas cagando leches tampoco era muy buen augurio.
Así que esta vez sí, hicimos caso a nuestra intuición y al sentido común y nos refugiamos en el restaurante para tomarnos un capuccino. En cuestión de minutos cayó una tromba de agua importante. Fue breve, pero intensa.
Tan pronto paró de llover todo el mundo volvió a su actividad. Aquí podéis ver una foto de un pastor paseando al ganado y otra de unos simpáticos perros de la raza característica de Indonesia:
EXIF: 70mm | F/8 | 1/250″ | ISO 400
EXIF: 70mm | F/11 | 1/250″ | ISO 200
Con la tarde fresquita que nos dejaban las nubes no hicimos otra cosa sino aprovecharla para pasear sin quemarnos más la piel. Recorrimos la orilla hasta llegar a una zona rocosa, la cual me llamó la atención recordándome a las típicas fotos de costa del norte de España.
Empecé a subir por ellas para coger un buen ángulo, pero no me aventuré mucho más porque estaban llenas de musgo y resbalaban mucho. Esta es una de las fotos que conseguí:
EXIF: 18mm | F/11 | 1/60″ | ISO 100 + 18mm | F/11 | 1/120″ | ISO 100
Y poco más hicimos. La idea era haber esperado al atardecer para coger una puesta de Sol, pero la cosa pintaba mal y no iba a conseguir lo que quería. Así que fuimos al parking a por Lalu y de vuelta al hotel.
Camino al hotel
Por el camino nuestro guía nos iba contando que estaba preparando unos apartamentos para dedicarse al alquiler y de paso conseguir más trabajo como guía. Tenían muy buena pinta, y en teoría ahora que escribo estas líneas ya deberían estar terminados según sus planes.
Como ya hemos comentado, Lombok es una isla por explotar turísticamente hablando. Y prueba de ello es la cantidad de construcciones que se están haciendo. Sobre todo es de gente extranjera que viene de vacaciones, les gusta, se compran un megaterreno por dos duros y se crean su chalet o incluso apartamentos.
Cuando pasamos por Mataram las nubes empezaban a apartarse un poco y dejaba una estampa bastante bonita. Por supuesto aproveché para hacer fotos, pero lo hice sin bajar del coche para no demorarnos más.
EXIF: 70mm | F/8 | 1/2.000 | ISO 1.600
Llegamos a Senggigi de noche. Como al día siguiente teníamos que volver con el ferry a Bali, Lula nos comentó que había dos puertos en Lombok. Estuvimos averiguando y la compañía Mahi Mahi Dewata no operaba desde el puerto donde desembarcamos de Gili (el cuál estaba lejos del hotel) sino en otro puerto a apenas 300 metros de nuestro hotel.
Habíamos contratado con Lalu el traslado al puerto pensando que era el puerto lejano, pero estaba tan cerca que insitió en acercarnos para comprobar dónde exactamente teníamos que ir y así nos ahorrábamos 250.000 IDR. Todo un detalle por su parte.
Nos costó bastante de encontrar pero me guardé la posición en el móvil y así iríamos directos, porque de noche la iluminación era malísima y costaba guiarse.
Volvimos al hotel y nos despedimos de nuestro guía.
Conclusión
Lombok me ha sorprendido para bien. Será porque me gustan los destinos menos masificados y más “al natural”.
Dos días se hicieron cortos. Nos dieron para ver lo básico de la zona oeste de la isla. Sin embargo nos hubiese gustado quedarnos más, disfrutarlo con más calma teniendo tiempo para hacer atardeceres. Y lo que más lamentamos fue no poder hacer el famoso trekking al Mt. Rinjani. Se trata de 4 días de senderismo haciendo noche en tiendas de campaña, y por lo que pude investigar las vistas son espectaculares.
Si estás planeando ir a Indonesia te recomiendo que estudies la posibilidad de ir a Lombok antes de que se convierta en un segundo Bali. ¡A nosotros nos encantó!
Keep on moving!
Índice Diario de Viaje Indonesia (21 días)
- Preparativos previos
- Tour express por los Emiratos Árabes
- Ubud: primer contacto con Bali
- Bali, la isla de los Dioses
- Gili Trawangan. ¿El paraíso?
- Lombok, naturaleza salvaje
- Kawah Ijen y el fuego azul
- Amanecer en el volcán Bromo
- Yogyakarta, centro de arte y cultura
- Templos Borobudur, Mendut y Prambanan
Galería de fotos: Emiratos Árabes | Indonesia
Vídeo resumen: Wonders of Indonesia
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