Llegada al hotel
Nada más bajar del avión recibimos nuestra primera bofetada de calor, acentuado por la humedad tan alta que hay en el país. Menos mal que era casi de noche, me quería morir sólo de imaginar cómo sería a mediodía.
Lo primero que hicimos nada más recoger el equipaje fue cambiar moneda en el propio aeropuerto. No es el mejor sitio pero cambiamos lo justo para pagar el taxi hasta el hotel y algo más por si acaso. El cambio que tuvimos durante todo el viaje fue entre 1,00€ = 14.500RP y 15.200RP.
Nada más salir empezaron a acercarse un montón de “taxistas” para preguntar dónde íbamos y darnos su tarifa. Como sabía que les tienes que regatear sí o sí, y habiendo leído información en los foros ya tenía una idea sobre cuánto me tenía que costar.
Así que lancé mi propuesta a todo el que se acercaba. Creo recordar que pedí 150.000RP (al cambio unos 10€). Casualmente ellos pedían el doble de lo que pensaba pagar. Los primeros apenas entraron al trapo al oir mi precio, pero a medida que nos abríamos paso hacia la salida los nuevos taxistas iban mejorándonos el precio. Se nos acababa el aeropuerto y yo seguía en mis trece. Algunos creo que me tachaban de loco y yo empezaba a preguntarme si tenían razón. Soy muy orgulloso, y sólo de pensar que me fuera a tocar bajarme los pantalones…
Milagrosamente en el último momento uno aceptó mi oferta. Que fuera el único interesado en llevarme no dejaba de generarme desconfianza. Según dijo, él aceptaba porque conocía el hotel y sabía que quedaba a las afueras de Ubud y no tendría que cruzar el pueblo. ¡Pues vamos allá!
Cuando salimos estaba ya todo oscuro y pillamos un atasco infernal. Habíamos leído que en Indonesia se conduce fatal, y así es. Por mucho que te cuenten no te lo puedes imaginar hasta que no lo ves. Y quien lo conoce dice que India es peor… Había cruces y rotondas sin ley ni orden. Nos soprendió muchísimo cómo se iban entrelazando coches sin milagrosamente tener un sólo golpe.
Lo primero que pensamos es que la gente estaba más estresada si cabe que en Nueva York. No paraban de pitarse unos a otros. Sin embargo conforme pasaron los días comprendimos que esos pitidos nada tienen que ver con los que conocemos en España. No eran en plan agresivo sino simples avisos amistosos para avisar de que iban a adelantar o que les faltaba poco para golpearles.
Una vez fuera del atasco el chófer nos dijo que iba a cambiar el itinerario por el tráfico. Lo primero que hice fue sacar el móvil para ver si nos llevaba. Más adelante dijo que iba a hacer una parada para recoger a alguien. La oscuridad, la forma tan agresiva de conducción, que hubiese aceptado un precio que los otros rechazaban y los improvisaciones durante el trayecto no hicieron más que aumentar mi desconfianza. Se me pasaron mil cosas por la cabeza. Analizándolo bien podría estar llevándonos a cualquier sitio para desplumarnos. Todo lo que llevábamos encima podría suponer su sueldo de varios años, y a saber cómo íbamos a dar luego con él para denunciarlo.
Saqué el movil para asegurarme de que íbamos en la dirección correcta y así era. Luego paramos a por esa “persona” que resultó ser su hijo, ya que vivían en el mismo Ubud y le venía de paso recogerlo… Con todo esto nos tranquilizamos y nos dimos cuenta de la paranoia que nos habíamos montado. Pero podría haber sido así, ¿no? Ahora sé que no. Van siempre intentando sacarte algo más haciendo caso del dicho “quien no llora no mama”, y como mucho pueden intentar timarte en alguna venta. Es todo por pura pillería para subsistir, en ningún caso nos han atracado, intimidado ni han mostrado agresividad en todo el viaje. Son gente muy pacífica y amable.
Y por fin llegamos al hotel Bebek Tepi Sewah Villas. Tenía razón el chófer, si hubiese estado en el centro del pueblo se hubiese tirado un buen rato para llegar.
En recepción nos explicaron que tenían un servicio de bus gratuito que no dudamos en reservar para que nos llevasen al día siguiente al centro de la ciudad. Nos dieron también un cocktail de bienvenida en el bar del hotel que nos tomamos inmediatamente porque cerraban en media hora.
Finalmente llegamos a nuestra espaciosa y refrigerada habitación. La cama y el baño eran enormes, y la decoración una mezcla entre un estilo moderno y otro típico del sudeste asiático. Lo que más nos gustó era la terraza con mesa, sillas y vistas al jardín tropical.
EXIF: 18mm | F/7.1 | 1/15″ | ISO 3.200
EXIF: 24mm | F/8 | 1/40″ | ISO 2.000
Arrozales de Campuhan
Al día siguiente madrugamos para desayunar tan pronto abriesen el restaurante del hotel. Después con el servicio de traslado gratuito nos llevaron hasta el palacio de Ubud, en pleno centro de la ciudad. El equipo que elegí llevarme fue la cámara con el 24-70mm y el filtro polarizador.
El plan era visitar los arrozales de Campuhan antes de que el Sol subiera más, para luego volver al centro a comer y ver el resto. La pequeña ruta de senderismo comenzaba a 800 metros al oeste del palacio, y se trata de un paseo por sendas estrechas de tierra, rodeados de plantaciones de arroz y casas de construcción tradicional. Si bien nosotros nos equivocamos e iniciamos la ruta por una senda que había antes de la verdadera Campuhan Ridge Walk. En cualquier caso lo que hay es exactamente lo mismo.
EXIF: 32mm | F/4 | 1/200 | ISO 100 (con polarizador)
Durante el camino nos cruzamos con varios grupos de escolares que iban de excursión, todos súper simpáticos saludando con bastante vergüenza. También vimos a los pobres agricultores, trabajando bajo un sol de justicia. Poniéndonos en su pellejo, ese trabajo tiene que ser durísimo.
EXIF: 70mm | F/5.6 | 1/250″ | ISO 100 (con polarizador)
EXIF: 55mm | F/3.5 | 1/250″ | ISO 100 (con polarizador)
Algunas de las cosas que nos llamaron la atención durante el paseo fueron las de aquí abajo. En la primera foto podéis ver una de las miles de estatuillas fálicas que vimos durante el viaje. Como en muchas otras culturas es símbolo de la fertilidad. La segunda foto es de un altar con sus ofrendas. En Bali los agricultores suelen tener altares para tener buenas cosechas, y los comerciantes en los pueblos ponen también una pequeña ofrenda en la puerta para que vaya bien el negocio.
EXIF: 52mm | F/4 | 1/100″ | ISO 100
EXIF: 24mm | F/9 | 1/40″ | ISO 100
Centro de Ubud
De vuelta al centro lo primero que nos topamos fue una especie de carpa en la que había varios grupos de personas sin hacer nada especial. Más adelante un guía nos explicó que es una especie de plaza donde se reune la gente del pueblo para charlar y descansar a la sombra. Con el calor que hace… ¡normal!
EXIF: 24mm | F/8 | 1/125″ | 1.600
Un poco más adelante llegamos de nuevo al Ubud palace y entramos a echar un vistazo rápido. Estatuas, jardines, puertas ornamentadas, decoración dorada, etc. Sin duda en él se respira bien la esencia balinesa.
EXIF: 46mm | F/5.6 | 1/40″ | ISO 100
El restaurante al que decidimos ir tras consultar opiniones en Tripadvisor estaba muy cerca del palacio, así que hicimos la parada para comer. Fair Warung Bale no es sólo un restaurante, sino también una fundación Suiza que ayuda a construir hospitales para niños en paises en desarrollo.
EXIF: 26mm | F/5 | 1/125″ | ISO 100
Platos abundantes y deliciosos, buen precio y encima apoyamos una buena causa. ¿Puede ser mejor? También fue nuestra primera cata de cervezas made in Indonesia. La Bintang es la que más se suele ver y está bastante buena.
Una vez con la panza llena continuamos explorando Ubud. Justo al lado teníamos el mercado Pasar Umum, un mercado tradicional de productos de artesanía. No tardamos mucho en salir de allí porque te acribillaban para que comprases algo.
EXIF: 42mm | F/2.8 | 1/30″ | ISO 100
EXIF: 56mm | F/5.6 | 1/80″ | ISO 100
Monkey Forest
Desde el mercado pusimos rumbo a la reserva natural de monos más famosa de Bali: Sacred Monkey Forest Sanctuary. Por el camino atravesamos la zona de los salones de masajes. La verdad es que después de la paliza a andar y el calor que habíamos pasado era lo que más nos apetecía, pero decidimos dejarlo para más tarde.
Casi 1,5km después por fin llegamos. Resulta curioso que los monos campen a sus anchas y casi no salgan al exterior del recinto, ya que no hay una valla que se lo impida. Aunque es normal, dentro estan muy bien alimentados entre los turistas y los cuidadores del parque. De hecho venden bananitas y manzanas para que les des de comer, y como muestra un botón:
EXIF: 70mm | F/6.3 | 1/50″ | ISO 400
EXIF: 70mm | F/2.8 | 1/50″ | ISO 100
El comportamiento de los monos es entrañable, son como personitas. Vale, son nuestros orígenes, pero mira estas fotos y dime que no es asombroso el parecido: triste, pensativo, en la peluquería, o dándose un masaje balinés como el que nos pegaríamos más tarde nosotros 😀
EXIF: 70mm | F/2.8 | 1/50″ | ISO 100
EXIF: 30mm | F/2.8 | 1/60″ | ISO 100
EXIF: 70mm | F/4 | 1/100″ | ISO 200
EXIF: 70mm | F/3.2 | 1/125″ | ISO 400
La primera foto salió publicada en el nº 5 de la revista Phot, una revista digital gratuita de fotografía que no te puedes perder. Se descarga gratis desde su web oficial.
Hasta Aleyda hizo un nuevo amiguito al cual yo llamé “el mirón”:
EXIF: 24mm | F/2.8 | 1/400″ | ISO 200
Como habéis visto son bastante confiados, más bien tirando a descarados e interesados. Están acostumbrados a las personas por lo que no tendréis problema en acercaros para hacerles fotos. Yo me las apañé con el 24-70, aunque a veces eché en falta más focal para “cazarlos” sin que parasen de hacer lo que estuvieran haciendo.
El parque no es enorme pero tienes para entretenerte un rato si te lo tomas con calma. Hay hasta un templo y todo.
EXIF: 38mm | F/7.1 | 1/320″ | ISO 200 + 38mm | F/7.1 1/80″ | ISO 200
Y con la visita hecha nos fuimos de vuelta andando hasta el hotel para pegarnos una ducha, que bien merecida la teníamos ya, ¿no?
EXIF: 24mm | F/8 | 1/160″ | ISO 2.500
Aprovechando el resto del día
Lo primero que hicimos fue reservar el servicio de transporte para un rato más tarde. Nuestra intención era volver a Ubud a darnos un masaje y cenar.
Mientras tanto nos dimos un baño en la piscina, descansamos un poco en la habitación con el bendito aire acondicionado e hicimos tiempo dando una vueltecita por el jardín del hotel. Aquí unas fotitos:
EXIF: 24mm | F/10 | 1/1.600″ | ISO 100 + 24mm | F/10 | 1/400″ | ISO 100
EXIF: 26mm | F/10 | 1/3.200″ | ISO 100 + 26mm | F/10 | 1/800″ | ISO 100
EXIF: 38mm | F/2.8 | 1/500″ | ISO 100
Elegimos un salón de masajes que vimos recomendado en internet y creo que acertamos. Nos costó 10€ por persona y nos dieron un masaje de 1h en una habitación para los dos. Una de las paredes digamos que no tenía pared sino que estaba abierto con vistas a un riachuelo y un jardín (evidentemente por el que no transitaba nadie). Todo era muy zen. Teníamos también una ducha para limpiarnos al acabar la sesión. Una vez limpitos, en la recepción nos dieron un té y fruta cortadita, todo riquísimo.
Continuamos nuestro paseo hacia el centro de Ubud. Creo que sólo valió la pena por el hecho de cenar, porque el pueblo de noche queda muy muerto y apagado. Apenas hay luces ni nada que merezca ser visitado a esas horas. Así que después de cenar, esperamos a nuestro chófer y volvimos al hotel, porque al día siguiente nos esperaba un día muy intenso y teníamos que estar descansados.
En el próximo post os contaremos nuestra visita a los lugares más icónicos de Bali. Si aún no te has suscrito recuerda hacerlo para enterarte tan pronto publiquemos. Igualmente, si crees que hay alguien a quien pueda interesarle no dudes en compartir!
Keep on moving!
Índice Diario de Viaje Indonesia (21 días)
- Preparativos previos
- Tour express por los Emiratos Árabes
- Ubud: primer contacto con Bali
- Bali, la isla de los Dioses
- Gili Trawangan. ¿El paraíso?
- Lombok, naturaleza salvaje
- Kawah Ijen y el fuego azul
- Amanecer en el volcán Bromo
- Yogyakarta, centro de arte y cultura
- Templos Borobudur, Mendut y Prambanan
Galería de fotos: Emiratos Árabes | Indonesia
Vídeo resumen: Wonders of Indonesia
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