Bienvenidos a esta nueva y última entrega de nuestra ruta por Indonesia. Algunos estábais expectantes para que hablásemos de esta parte del viaje, otros estaréis pidiendo a gritos que se termine de una vez para que cambiemos de tema. Seas del grupo que seas, que sepas que ha llegado la hora 😉
Ya os conté en nuestra llegada a Yogyakarta los tira y afloja con Edy, el guía que nos habían asignado para esta zona de Java. Novan solucionó el tema enviándole más dinero a Edy del que habían pactado. Su comportamiento le decepcionó tanto que decidió no volver a subcontratarlo.
Pero la cosa no acabó ahí. A las 3:30h nos recogió en la puerta del hotel (muy puntual, eso también hay que decirlo). De camino al templo Edy seguía insistiéndonos en que fuésemos al mirador en la montaña de enfrente del templo para ver amanecer desde allí. Hay que tener cara para, después de haber recibido más dinero para comprar las entradas especiales de Borobudur, querer ahorrárselas para ganar más todavía. Obviamente, hicimos lo que quisimos.
La historia de Borobudur
La historia del templo Borobudur (GPS 7,36.29S, 110,12.14E) es cuanto menos increíble. Por resumir un poco, se construyó entre los siglos VIII y IX y en su época fue el lugar de peregrinación más importante para los budistas. En el siglo XV se dejó completamente abandonado. El motivo no se sabe con certeza, pero la teoría que ha cobrado más fuerza dice que fue por la reconversión al Islam de la mayor parte de la población.
En cualquier caso, por el paso del tiempo y el desuso, la vegetación fue creciendo y las cenizas del volcán vecino (Merapi) acabaron por cubrir completamente los 35 metros de altura que tiene el templo.
En 1814 Thomas Stanford, gobernador general de Java e importante explorador/coleccionista de la época, se enteró de la existencia de este templo. Stanford envió al ingeniero holandés H.C. Cornellius con 200 hombres a inspeccionar la zona. Durante dos meses enteros estuvieron cortando vegetación y excavando.
En 1835 el monumento fue desenterrado por completo. A partir de entonces sufrió tareas de restauración constantes. El más importante fue el llevado por el gobierno de Indonesia y la UNESCO entre 1975 y 1982, tras lo cual pasó a ser Patrimonio de la Humanidad.
Actualmente vuelve a ser centro de peregrinación. Una vez al año acuden budistas de todas partes del mundo para celebrar el Vesak, su fiesta más importante. También es la atracción turística más visitada de Indonesia.
Amanecer en el templo Borobudur
Una vez llegamos al parking de Borobudur fuimos entrando en grupos a los jardines. Nos dieron a cada uno una pequeña linterna ya que no hay alumbrado y no se veía nada. También nos pusieron una pegatina que servía de distintivo para la gente que habíamos pagado el tour del amanecer, ya que luego nos incluía un pequeño desayuno.
Después de un pequeño paseo llegamos a la base del templo y comenzamos a subir escaleras hasta llegar a lo más alto. Los escalones eran un poco incómodos de subir porque eran muy estrechos y elevados. De todos modos intentamos llegar lo antes posible arriba. Éramos muchos y quería coger un buen sitio para las fotos.
Todavía era de noche, pero faltaba muy poco para que amaneciera. Con la aplicación de Photopills y la realidad aumentada calculé por dónde exactamente iba a salir el Sol y me posicioné lo mejor que pude esperando a que saliera. ¡Por fin podíamos apreciar el encanto del templo!
EXIF: 24mm | F/9 | 1″ | ISO 100 + 24mm | F/9 | 1/4″ | ISO 100
EXIF: 24mm | F/9 | 0,5″ | ISO 100 + 24mm | F/9 | 1/8″ | ISO 100
EXIF: 18mm | F/11 | 1/320″ | ISO 100 + 18mm | F/11 | 1/1.250″ | ISO 100
No me voy a enrollar mucho porque le dedicaré un post aparte para explicar cómo tomé las fotos. Sólo os diré que si no quieres que salga gente en el encuadre y tener una imagen limpia necesitas paciencia, asegurarte el sitio pronto y tirar de angular ya que no hay mucho espacio desde las estupas hasta la pared.
Ahora que hay luz os puedo explicar un poco mejor. El templo tiene un total de 9 pisos. Los 6 primeros son cuadrados y los 3 siguientes circulares. Estos últimos tienen estupas a su alrededor, que no son más que piezas de arquitectura budista de forma circular y abovedada, similar a una campana (las fotos que has visto arriba). Aquí es donde estamos haciendo las fotos. Hay un total de 72 “pequeñas” y una enorme en lo más alto del templo. Dentro de cada estupa hay una estatua de Buda en posición de flor de loto, la cual puedes ver a través de los agujeros. Otras están rotas, dejando al descubierto la representación del creador de la famosa religión.
EXIF: 70mm | F/11 | 1/2500″ | ISO 100 + 70mm | F/11 | 1/640″ ISO 100
EXIF: 70mm | F/11 | 1/2500″ | ISO 100 + 70mm | F/11 | 1/640″ | ISO 100
EXIF: 70mm | F/11 | 1/15″ | ISO 100 + 70mm | F/11 | 1/60″ | ISO 100
Visto desde arriba el templo tiene forma de mándala budista.
Los monjes que van en peregrinación comienzan su visita desde la base, ascendiendo un piso, dando la vuelta al monumento en el sentido de las agujas del reloj y subiendo al siguiente piso. Así hasta llegar a la cima. Nosotros hicimos lo mismo pero de arriba a abajo.
Las paredes de los pasillos están llenas de relieves. No entiendo mucho sobre el budismo, pero según nos explicaron, estos relieves van contando la historia de su religión.
EXIF: 42mm | F/8 | 1/125″ | ISO 200
Una vez hecho todo el recorrido nos dimos una vuelta por los jardines para coger perspectiva y ver el templo entero.
EXIF: 18mm | F/9 | 1/40″ | ISO 100
EXIF: 26mm | F/9 | 1/160″ | ISO 100 (panorámica de varias tomas)
Después fuimos a por nuestro merecido desayuno y a seguir con el recorrido.
El pequeño templo de Mendut
Cuando contratamos el pack de excursiones nos entraba también la visita a un pequeño templo llamado Mendut (GPS 7,36.17S, 110,13.48E). No le prestamos realmente mucha atención porque los otros dos templos más importantes lo eclipsaban. Además iba a ser una visita con el Sol bien alto así que las fotos tampoco lucirían mucho.
Sin embargo esta visita supuso un episodio agradable a la vez que inesperado, ahora veréis por qué.
La visita es muy simple: hay un pequeño jardín y en medio está el también pequeño templo de Mendut. Aquí lo más grande que hay es el árbol que hay detrás. No sé cuántos años tendrá, lo cierto es que es enorme y tiene unas lianas que llegan hasta el suelo.
EXIF: 25mm | F/9 | 1/320″ | ISO 100
EXIF: 18mm | F/9 | 1/160″ | ISO 100
El templo como decíamos es muy pequeño. En el interior hay 3 estatuas budistas, y todas las paredes están llenas de relieves.
EXIF: 18mm | F/6.3 | 1/100″ | ISO 3.200
A pesar de su tamaño tenía encanto, pero la visita se hizo rápida. Así que íbamos hacia el parking a buscar a Eddy cuando pasamos por una puerta que nos llamó la atención. Eran unas puertas tipo verja, de modo que dejaban ver en su interior una fuente y un extenso jardín. Nos picó la curiosidad. Una de las puertas estaba abierta y pensamos en entrar, pero nos frenamos a mitad camino porque parecía un lugar de retiro para monjes y pensamos que quizá estaría prohibida la entrada.
Pero nada más lejos de la realidad. En la puerta había una mujer que nos hizo gestos para que entrásemos, y eso hicimos.
A pesar de que nos hubiesen invitado a entrar todavía teníamos la sensación de estar donde no debíamos, quizá porque quien nos había dado permiso era una mujer que estaba en la puerta de la calle. Dentro no había ni un turista ni medio, ni tampoco lugareños. Tan sólo un jardín, estatuas religiosas y pabellones que tenían pinta de usarse para rezar. En definitiva, paz por todos lados.
EXIF: 18mm | 1/250″ | F/8 | ISO 100
EXIF: 18mm | 1/250″ | 3.200
EXIF: 35mm | 1/125″ | ISO 100
Seguimos inspeccionando el terreno y entramos en un habitáculo que parecía ser un altar. Nos descalzamos tal y como se indicaba en la entrada y nos metimos dentro para hacer algunas fotos.
EXIF: 24mm | 1/30″ | ISO 1.600
Al salir nos sorprendió un monje que estaba limpiando. Se acercó a nosotros y comenzamos a hablar. Nos dijo que la entrada a todos los sitios era libre, siempre y cuando nos descalzásemos cuando lo indicasen los carteles.Le encantaban los idiomas y llevaba tiempo queriendo aprender español. Después de hablar un poco le pregunté si podíamos hacerle una foto, y dijo que no había problema, pero que debía cambiarse el atuendo y sólo podía hacerse la foto conmigo (no tienen permitido posar con mujeres). Nos pidió que le esperásemos junto a la estatua que había al final del camino que cruzaba el jardín.
EXIF: 29mm | F/8 | 1/250″ | ISO 100
En unos minutos volvió junto a nosotros vestido con el atuendo naranja tradicional y con un libro tipo biblia entre sus manos. Nos hicimos un par de fotos junto a la estatua, y cuando nos despedimos de él nos regaló el libro. Lo que nosotros pensábamos que era parte del atrezzo en verdad era un regalo hospitalario. Estaba escrito en inglés y era evidentemente sobre las enseñanzas de Buda. Traducido al español el título sería El camino de la sabiduría de Buda. Nos sentimos muy agradecidos por ello, a la vez que nos sentimos un poco mal por no poder ofrecerle nada.
EXIF: 25mm | F/9 | 1/250″ | ISO 100
Este pequeño detalle hizo que mirásemos el día de otra forma. Estamos hartos de ver a la gente de nuestra sociedad cada vez más egoísta y maleducada, de cruzarte con vecinos que ni siquiera saludan, y llega un monje desconocido y con un simple gesto te alegra el día.
Cuando comencé a editar las fotos en casa pensé que quizá podía devolverle el favor regalándole las fotos que hice, por si las quisieran usar para su web o hacerse algún cuadro para decorar uno de sus pabellones. Pero no encontraba por ningún lado información. Justo unos días antes de publicar este post descubrí que el lugar se llama Sangha Theravada Indonesia y encontré un e-mail donde contactar con ellos. Estoy a la espera de que me respondan para ver si puedo hablar diréctamente con el amable monje con el que nos cruzamos.
Haciendo tiempo por Yogyakarta
Aún faltaban muchas horas para el atardecer, así que Edy nos ofreció cambiar la excursión del atardecer en Prambanan por una excursión a unas playas. No sé si nos veía con cara de tontos o qué, pero empezaba a estar cansado ya de sus intentos de ahorrarse pasta.
De verdad que en cierto modo me sabía mal, al fin y al cabo sólo quería ganarse la vida, y el hombre parecía una alma en pena. Amablemente le dijimos que nos daba igual qué hacer durante el resto del día pero que ni se le ocurriera dejarnos sin ver el templo que nos faltaba.
En el coche tenía puesto un CD con unas 12 canciones romanticonas de los 80, de las cuales las pasaba todas menos 3 o 4 que eran las que sonaban todo el rato. Al final no podíamos evitar reirnos porque ya sabíamos cuál iba a ser la próxima canción. Según nos contó, su mujer le había dejado para irse con un amigo suyo, lo cual explicaba un poco el aire depresivo-melasudatodo que tenía.
Así que nos llevó por un recorrido de tiendas tradicionales: una de artesanía de plata, otra de marionetas wayang kulit y finalmente no podía faltar una de batik.
EXIF: 35mm | F/5.6 | 1/100″ | ISO 800
Esta última nos sorprendió “para bien”. Era de un familiar de Edy y pensábamos que iba a ser una más de las miles de tiendas batik. Sin embargo esta era como 3 o 4 tiendas juntas. Según nos explicó era una cooperativa que trabajaba diréctamente con los artistas. Ellos depositaban las obras allí, vendiendo diréctamente al comprador final, consiguiendo mejores precios tanto para el cliente como para el artista. No sé hasta qué punto eso sería así, o si a lo mejor funcionaban como un almacén para suministrar a otras tiendas más pequeñas de la ciudad. Lo cierto es que los precios no tenían nada que ver con las tiendas del centro de Yogyakarta.
Estaba muy bien organizado. Cada cuadro tenía una pegatina (roja, amarilla o verde) para clasificarlos según precio, así de un vistazo sabías lo que iba a costar. El precio no depende sólo del tamaño, sino también de la cantidad de colores empleados en el cuadro. Tiene su lógica porque tal y como vimos en el post anterior, en la técnica del batik hay que darle al lienzo un baño de color por cada tono que se quiera usar en el dibujo.
Como es costumbre, nos sacaron un té que nos tomamos mientras nos contaban (otra vez) el proceso de elaboración del batik. Al final decidimos llevarnos un par de lienzos como recuerdo del viaje ya que es lo más tradicional que se puede comprar en Indonesia y los precios nos parecieron adecuados.
De aquí salimos en dirección a Prambanan. Por el camino paramos en un restaurante que nos recomendó Edy. Estaba entre arrozales, y a lo lejos se podían ver entre árboles la puntita de los templos de Prambanan. No recuerdo el nombre pero comimos bastante bien.
Atardecer en los templos Prambanan
A diferencia de los templos que habíamos visitado por la mañana, Prambanan es hindú (GPS 7,45.7S, 110,29.29E). En total se compone de 224 templos, aunque la mayoría están en ruinas. Están dedicados a lo que se conoce como Trimurti, es decir a los dioses Brahma (el creador), Visnú (el preservador) y Shivá (el destructor). Fueron construidos en el siglo IX y también son Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1991.
Nada más llegar pudimos comprobar cómo se han aprovechado del filón de los templos, tal y como pasaba en Borobudur. Para empezar las entradas son caras, y más si quieres las del atardecer. Además, por los alrededores hay montado un mercadillo con decenas de paradas de souvenirs.
Con la entrada en la mano fuimos directos a cruzar las verjas para acceder al recinto. Una vez dentro nos encontramos con un largo jardín, al final del cual se podían ver los famosos templos centrales que aparecen en todas las fotografías. Íbamos sobrados de tiempo, así que nos fuimos a visitar los templos uno a uno.
Pasado el jardín comienza una área con césped repleta de templos derruidos. Estos los construyeron rodeando la plaza central donde están los más importantes (los que todavía se conservan en pie). Dimos una vuelta pero no hay mucho que ver, son sólo ruinas. Así que continuamos para subir las escaleras que llevan a la plaza central.
Para que os hagáis una idea de la distribución, os pongo el plano de Prambanan. La entrada es por el centro a la derecha (donde pone Kelir y Nandi).
Podemos encontrar dos hileras con 3 templos cada una. Los tres primeros que veremos nada más subir digamos que son secundarios. Están dedicados a los animales que transportan a los dioses. El de la izquierda es Hamsa (un cisne, que transporta a Brahma), el del centro es Garuda (transporte de Shiva) y el de la derecha es Nandi (un toro que sirve de transporte a Visnú).
EXIF: 26mm | F/8 | 1/500″ | ISO 100
Enfrente de cada uno de estos se encuentra el correspondiente a los dioses que transportan. Llama especialmente la atención el de Shiva, que es más grande que el resto. Aparte de estos 6 templos grandes, tenemos un par de santuarios muy pequeños, uno a la izquierda y el otro a la derecha de la plaza.
A los templos se accede por una escalera individual para cada uno.
EXIF: 32mm | F/10 | 1/160″ | ISO 100
Cruzando la puerta encontramos la estatua que representa al dios (o a su transporte) para el que fue construido. El espacio interior es más bien pequeño, y con la marabunta de gente puede ser algo agobiante.
EXIF: 24mm | F/4.5 | 1/3″ | 6.400
EXIF: 24mm | F/5.6 | 1/60″ | ISO 3.200
En cada templo hay una pequeña terraza que lo rodea por completo a modo pasillo, tal y como pasaba en Borobudur. Como es habitual en este tipo de arquitectura, estos pasillos están decorados de forma sobrecargada con relieves que van contando historias hindús.
EXIF: 24mm | F/7.1 | 1/320″ | ISO 100
Cuando terminamos de verlos todos nos sentamos a hacer tiempo hasta el atardecer. Un par de universitarios se acercaron a hablar con nosotros al vernos la cámara de fotos. Eran de Jakarta pero estaban estudiando en Yogyakarta. Después de hablar un pequeño rato resulta que estaban haciendo un trabajo audiovisual para una asignatura de la universidad y nos pidieron entrevistarnos. Yo soy más de estar al otro lado de la cámara… pero tampoco me iba a negar. Así que nos hicieron unas breves preguntas en inglés.
Con el Sol empezando a bajar me comencé a colocar en posición. Primero fui al inicio de las ruinas para coger los templos de lejos. Todavía estaba demasiado alto, y este encuadre no me gustaba porque le daba demasiado protagonismo a las ruinas.
EXIF: 30mm | F/9 | 1/200″ | ISO 100 + 30mm | F/9 | 1/800″ | ISO 100
Cambié de sitio para irme a la plaza central. Me subí al templo de Nandi (el central de la primera hilera, justo enfrente del gran templo de Shiva). Desde su terraza hice un par de fotos y también una panorámica.
EXIF: 20mm | F/9 | 1/250″ | ISO 200 + 20mm | F/9 | 1/500″
EXIF: 26mm | F/9 | 1/250″ | ISO 200 + 26mm | F/9 | 1/500″
EXIF: 18mm | F/9 | 1/250″ | ISO 200 + 18mm | F/9 | 1/500″ | ISO 200
Esas fueron finalmente las mejores fotos que pude sacar, porque intenté cambiar de ubicación pero nos echaban del recinto para cerrar. Intenté hacerme el remolón esperando a que bajase todavía más el Sol pero insistieron en que nos fuéramos y no nos quitaban el ojo de encima. No quedó otra.
Fin del viaje
Nuestro viaje todavía duró unos días más, y los pasamos en Jakarta. Esta ciudad nos pareció enorme, masificada y muy gris, con mucha contaminación en el ambiente y construida sin cuidar mínimamente la estética.
Nos alojamos en el hotel Harris Hotel & Conventions Kelapa Gading. Estaba bastante alejado de las pocas cosas interesantes que tiene para ver Jakarta así que, con lo pesado que había sido el viaje en general y la cantidad de horas que tardaríamos en llegar a casa el día del vuelo, decidimos no salir del hotel. Tenía acceso directo a un centro comercial, por lo que comíamos en cualquier restaurante de allí. El resto del día paseábamos por allí (era bastante grande), íbamos a la piscina del hotel, al gimnasio, leíamos y poco más. Con descansar y no pasar ya más calor teníamos suficiente.
Esta parte del viaje fue totalmente prescindible, y si hoy tuviera que volver a organizármelo hubiera aprovechado esos días para estar más en Lombok o visitar cualquier cosa más interesante.
Ahora sí, hemos llegado al fin de nuestra aventura. Indonesia nos ha parecido un país increíble, tanto a nivel paisajístico como histórico y cultural, y eso que apenas vimos una pequeña parte de lo que puede ofrecer. Ha sido un viaje chocante y enriquecedor. Pasamos mucha calor, hicimos trayectos largos e incómodos, vimos mucha pobreza y acabamos un poco hartos de la comida picante. Sin embargo pensamos que valió la pena pasar ese “sufrimiento” para conocer de cerca los lugares de los que tanto habíamos oído hablar. Templos, cascadas, volcanes… mil y una aventuras que nos llevamos en forma de fotos y recuerdos que quedarán para siempre en nuestra memoria.
Siempre es un poco bajonero cuando un viaje termina, pero nos consolamos pensando que habrán más en el futuro. De este ya hace casi un año, así que como te imaginarás ya estamos a punto de irnos al siguiente. ¿Dónde será? Lo irás descubriendo en el blog 😉
Esperamos haberte entretenido e inspirado acercando hasta tu pantalla un país tan lejano a lo largo de estas 10 publicaciones, y sobre todo que te haya sido útil la información. Al menos esa ha sido nuestra intención. ¿Contamos contigo para los próximos viajes? Si no quieres perderte las próximas publicaciones recuerda suscribirte (si no lo has hecho ya). Y ya sabes, aquí nos tienes para lo que necesites.
¡Un abrazo!
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Índice Diario de Viaje Indonesia (21 días)
- Preparativos previos
- Tour express por los Emiratos Árabes
- Ubud: primer contacto con Bali
- Bali, la isla de los Dioses
- Gili Trawangan. ¿El paraíso?
- Lombok, naturaleza salvaje
- Kawah Ijen y el fuego azul
- Amanecer en el volcán Bromo
- Yogyakarta, centro de arte y cultura
- Templos Borobudur, Mendut y Prambanan
Galería de fotos: Emiratos Árabes | Indonesia
Vídeo resumen: Wonders of Indonesia
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