Después de la paliza de excursión al volcán Ijen, continuamos nuestro camino en coche hacia la siguiente parada: Cemoro Lawang, el pueblo más cercano al Bromo.
Subimos al coche e intentamos llevar lo mejor posible las horas que nos quedaban de viaje. Hicimos un par de paradas para estirar las piernas y picotear algo. Luego yo conseguí echar una ligera cabezadita. La noche anterior no había dormido nada y mi cuerpo me lo pedía a gritos.
En un punto del viaje la carretera comenzó a ir de subida y a girar constantemente. Estábamos subiendo montañas, y nuestros chóferes nos confirmaron que estábamos llegando.
Los alrededores tenían muy buena pinta, la lástima era que no se apreciaba muy bien porque había niebla y caía llovizna.
Cemoro Lawang
Alojarse por esta zona es algo complicado. Tienes dos opciones:
- Alojarte en Probolinggo. Es la población más grande que hay cercana al Bromo. La ventaja es que tienes mayor variedad de alojamientos donde elegir. La pega es que está a hora y media en coche. Hay buses que te llevan a Bromo desde aquí, lo cual es buena opción si te da igual a qué hora hacer la visita. Sin embargo, para la excursión del amanecer, que es la más solicitada, se llenan y posiblemente no llegues a tiempo.
- Alojarte en Cemoro Lawang. Está pegadito a donde comienza la excursión al Bromo, así que ganas una hora y media de poder estar en la cama. La pega como te imaginarás es que hay muy pocos alojamientos y son bastante cutres.
Después de leer opiniones y meditar las opciones decidimos alojarnos en Cemoro Lawang, en el Cafe Lava Hostel.
Habían opiniones de todo tipo, pero todos parecían coincidir en que era suficiente para pasar una noche. Nosotros sólo íbamos a usarlo unas horitas: ducharnos, dormir, y a las 3:00 a.m. saltar de la cama para comenzar la excursión. En Probolinggo había cosas mejores, pero no estábamos para desperdiciar horas de sueño.
Nos costó 350.000 IDR (poco más de 20€), habitación con baño privado y desayuno incluído. Por 150.000 IDR más (10€ aprox.) te incluían el tour al Bromo con 4×4 (coste de la entrada al parque aparte). A nosotros no nos hizo falta porque contratamos el pack completo con Novan.
Como era de esperar, el hostal resultó bastante cutrillo, pero suficiente para pasar la noche. La habitación que nos tocó era pequeñita. Estaba limpia, pero todo olía a humedad. Supongo que por el clima de la zona y la calidad de la construcción es algo inevitable. La cama tampoco es que fuera la más cómoda en la que hayamos estado. Aún así, creo que si volviésemos a visitar el Bromo repetiríamos por el ahorro de tiempo que supone. Otra cosa es que pensases pasar varios días por la zona… Entonces no sé yo.
Ya en el hotel nos despedimos de Chandra y Dafi hasta el día siguiente y nos fuimos directos a la ducha. Teníamos el olor a azufre incrustado en la piel y el pelo por la excursión del Ijen. Ya ni te cuento la ropa. Tuvimos que ponerla en una bolsa separada hasta poder lavarla en condiciones. No la conseguimos retornar hasta el quinto lavado que le dimos en casa…
Después salimos a dar un breve paseo para familiarizarnos con el entorno. El poblado, de aire rural, tenía mucho encanto. Quizá ayudaba la atmósfera de misterio que daba la niebla.
EXIF: 70mm | F/4 | 1/1000″ | ISO 100
EXIF: 56mm | F/9 | 1/160″ | ISO 100
Entramos en un warung para picotear algo antes de irnos a dormir, y sorprendentemente nos tomamos el café más bueno que probamos en todo el viaje.
Amanecer desde los miradores
El volcán Bromo (Mt. Bromo) tiene una altura de 2.379 metros, y no es ni mucho menos el más alto de la zona. Al lado tiene el Mt. Batok (2.440 m.) y justo detrás aparece la enorme figura del Mt. Semeru, que con sus 3.676 m. es la montaña más alta de toda Java. Todos ellos se encuentran dentro del Bromo Tengger Semeru National Park.
Sin embargo el Bromo parece atraer más la atención de los visitantes. En parte será porque es bastante fácil de visitar, pero sobretodo es porque se trata de un volcán bastante activo. En los últimos 250 años ha habido 50 erupciones (a poco que calculemos sale a 1 erupción cada 5 años). De hecho, si nuestro viaje hubiese sido un mes antes nos hubiésemos quedado sin verlo. Había riesgo de erupción, el humo era negro y las cenizas llegaban hasta el pueblo. Afortunadamente el riesgo descendió y permitieron reanudar los tours.
Tal y como estaba previsto, a las 3:00 a.m. nos esperaban nuestros chóferes en la puerta del hostal. Nos presentaron al que sería nuestro chófer en el tour por dentro del parque e iniciamos el camino por una área de tierra que parecía estar en mitad de la nada. No veíamos nada más allá de lo que iluminasen los faros del coche, y algunas luces lejanas de otros todoterrenos.
Sabemos que hay gente que hace la excursión por su cuenta sin pagar un duro, andando por una senda que hay detrás del hotel Cemara Indah (bastante cercano al nuestro), saltándose así la “taquilla” que hay a la entrada del parque. Nosotros preferimos ir a lo legal y llegar cuanto antes al mirador para pillar un buen sitio.
El mirador se encuentra en la montaña de enfrente, llamada Gunung Penanjakan. Está situado a unos 2.700 metros, por lo que queda bastante por encima del Bromo y el Batok.
Llegamos a una zona donde habían pequeñas tiendas y coches aparcados a diestro y siniestro. El chófer paró el coche y entendimos que era hora de bajar (el pobre no hablaba inglés ni chapurreado…).
Seguimos la carretera ascendiendo poco a poco la montaña. Hice mis cálculos y las vistas que más me gustaban eran desde el mirador más alto, así que pasamos del primer mirador y fuimos directos a coger sitio al segundo (GPS 7,54.17S, 112,57.4E).
Cuando llegamos todavía no había mucha gente, pero ya se me había adelantado uno y estaba en el punto exacto que yo quería. Me tocó ponerme unos metros más alejado. No es que variase mucho el encuadre pero habían unos árboles que molestaban un poco. A pesar de las horas que eran, ya había vendedores ambulantes por la zona. Vendían linternas, souvenirs y hasta ropa de abrigo. Sí, como habrás adivinado, de madrugada y a la altura a la que estábamos hacía bastante frío.
Pues bien, cogí sitio pegado a la verja, y coloqué el trípode sobre una de las repisas de piedra que había. Así sólo tenía que abrir una de las secciones del trípode, haciéndolo más estable, y conseguía un poco de altura extra.
Sabía dónde tenía que estar el volcán porque lo traía estudiado de casa, pero no se veía nada de nada. Estaba completamente a oscuras. Enfoqué a una lámpara lejana y comencé a hacer pruebas a F/2.8, 30″ e ISO 6.400. Así conseguí ver mejor dónde estaba cada cosa y pude encuadrar la foto. A partír de aquí, reduje el ISO y la apertura, y aumenté el tiempo de exposición, para tener más profundidad de campo y menos ruido.
EXIF: 55mm | F/8 | 77″ | ISO 1.600
Como verás seguía quedando fea, pues había neblina por todas partes y el cielo estaba semi-nublado. Eso sí, nos impresionó ver la tremenda humareda que salía del cráter, pues a simple vista no se apreciaba.
Seguí haciendo pruebas, hasta que se me quedó sin pilas el disparador inalámbrico… Entonces me tocó empezar a hacer deporte, subiendo y bajando a la verja para pulsar el disparador y visualizar el resultado una vez hecha la foto. Menos mal que al menos tenía el puesto asegurado, porque en poco rato ya estaba abarrotado de gente.
Me hubiese gustado hacer una foto circumpolar al estilo de la de Elia Locardi que podéis ver aquí. Sin embargo las nubes no permitían hacer mucho. También hubiese estado bien hacer alguna con un ISO mucho menor y aumentando la exposición bastante, para tener una foto más limpia. Sin embargo, la niebla iba y venía empastrando el encuadre.
En un momento que se despejó el cielo hice una toma más angular y llegué a sacar estrellas. Aún así, no era ni de lejos lo que llevaba en mente:
EXIF: 24mm | F/8 | 30″ | ISO 1.600
Y después de estar horas allí plantados llegó el tan esperado amanecer. Mientras a nuestra izquierda veíamos la salida del Sol, enfrente nuestra teníamos más niebla que en toda la noche…
EXIF: 70mm | F/5.6 | 1/40″ | ISO 1.600
EXIF: 70mm | F/9 | 20″ | ISO 200
Podría haber sido precioso, pero estaba todo tapado. Así que no quedó otro remedio que aguantarse… Es la desventaja de tener sólo una oportunidad para hacer la foto. Por lo que dicen los lugareños, de cada 7 días sólo 1 sale despejado. No íbamos a ser nosotros los que tuvieran tanta suerte.
Poco tiempo pudimos disfrutar de la salida del Sol. En unos minutos la cosa empeoró hasta el punto de dejar todo completamente con niebla. Esta es una foto del propio mirador:
EXIF: 24mm | F/6.3 | 1/10″ | ISO 1.600
Igual que el tiempo cambió para mal podría haber cambiado para bien en cuestión de unos minutos más. Podríamos habernos quedado esperando, pero como el amanecer ya había pasado, decidimos continuar con la excursión para no perder más tiempo. Total, si salía el Sol podíamos parar en el primer mirador.
Y mejoró. Seguía habiendo esa nieblecilla en el ambiente, y ahora el pico del Semeru estaba tapado, pero al menos se veía mejor el Mt. Batok.
EXIF: 24mm | F/9 | 1/160″ | ISO 100
Ascensión al cráter
El todoterreno nos bajó a la amplia explanada que ves en la foto anterior y aparcó a unos 500 metros del Bromo. Al final se había quedado un día bastante soleado. Desde aquí pudimos ver de cerca el Mt. Batok, para mí el más bonito de las tras por sus estriaciones.
EXIF: 24mm | F/9 | 1/160″ | ISO 100
Un montón de lugareños se aglomeran en el parking para ofrecerte un viaje a caballo hasta las escaleras que suben al volcán. Me parece de una vaguería tremenda tener que contratar transporte por no andar 500 míseros metros…
EXIF: 70mm | F/9 | 1/80″ | ISO 100
También podéis ver un templo hindú que hay en la falda del volcán. No sabemos bien si se le dará un uso real ni el tiempo que durará porque cualquier día el amiguito entra en erupción y lo deja todo destrozado.
Finalmente llegamos a las “escaleras”. Son unos peldaños muy estrechos y llenos de tierra, de forma que es bastante complicado de subir. Además está empinadísimo.
EXIF (ambas): 32mm | F/9 | 1/200″ | ISO 100
Las vistas desde arriba eran espectaculares. En esta foto puedes ver el camino por el que veníamos:
EXIF: 18mm | F/9 | 1/1250″ | ISO 100
Y en esta el propio cráter humeante:
EXIF: 35mm | F/8 | 1/125″ | ISO 100
Impactaba estar tan cerca. Había veces que el humo se tornaba gris oscuro y veías movimiento de trozos negros de tierra saltando dentro del cráter.
También había una pequeña figura tallada en la propia tierra del volcán a modo estatuilla religiosa para ofrendas. Apenas medía unos 30 cm. de alto, y suponemos que es una réplica del dios hindú Ganesha:
EXIF: 18mm | F/5.6 | 1/800 | ISO 100
No nos apeteció estar mucho más rato allí por lo que pudiera pasar, así que dimos media vuelta y volvimos al coche dejando zanjada la aventura volcánica.
Viaje a Yogyakarta
Una vez en el poblado desayunamos, preparamos las mochilas y las cargamos en el coche. Cuál fue nuestra sorpresa cuando conocimos en persona al propio Novan. Se excusó por no haber podido atendernos en persona porque había estado enfermo. Nos hubiera gustado disfrutar de su compañía estos días, al fin y al cabo era con quien habíamos hablado desde un primer momento. En cualquier caso sus compañeros también hicieron un buen trabajo.
Nos llevaron a la estación de Surabaya, donde teníamos que coger el tren para llegar a Yogyakarta. El viaje iba a durar unas 5 horas, menos mal que cogimos un tren con aire acondicionado. Nos despedimos de Novan, Chandra y Dafi, y esperamos un buen rato al tren. Iba ya con un poco de retraso, así que con la cantidad de paradas que teníamos que hacer por el camino ya contábamos con llegar tarde.
El camino lo pasamos leyendo con el Kindle, pero acabamos hasta las narices porque los asientos eran incomodísimos para estar tantas horas sentado. Había gente que ocupaba dos asientos para tumbarse. Nosotros no lo hicimos hasta que el tren quedó un poco más despejado de gente porque nos parecía una falta de respeto.
Al final nos retrasamos como 45 minutos. Nos sabía mal sobre todo porque Novan había mandado a un chófer a recogernos en la estación. Salimos del andén y Eddy (así se llamaba el chófer) estaba esperándonos tranquilamente.
Iba a ser nuestro guía para las excursiones de Borobudur y Prambanan, y por el camino nos dijo en varias ocasiones que si queríamos podía hacernos de guía por la ciudad de Yogyakarta. Amablemente le dijimos que no era necesario. Ya teníamos planificadas todas las visitas para hacer en Yogya, y aunque nunca está de más que te vayan explicando, en esta ocasión no lo considerábamos necesario.
No me gusta nada el hecho de que te intenten colocar con calzador algo que no quieres, y su insistencia nos empezaba a cansar. Hicimos la vista gorda porque porque eres consciente de que se tienen que buscar la vida, y porque después de un par de semanas por allí ya te acostumbras a su carácter.
No obstante, la situación se tornó un poco más hostil cuando llegando al hotel nos dijo que nos veríamos el día de la excursión a las 8h. ¡¿Comoooo?! De eso nada, habíamos contratado la excursión para ver el amanecer desde el templo de Borobudur, y a esa hora ya habría amanecido veinte veces. Con paciencia le explicamos que eso no era lo que habíamos hablado con Novan, pero él seguía ofreciéndonos alternativas distintas. Quería llevarnos a ver el amanecer desde un mirador donde se veía el templo Borobudur, vendiéndonoslo como que era más bonito ver el templo mientras amanece que no estando en él.
Podía intentar vendernos lo que quisiera, pero la realidad era esta: las entradas normales a Borobudur cuestan 260.000 IDR por persona mientras que las que dan acceso al amanecer son 450.000 IDR. Hablamos con Novan y nos confirmó que nuestra reserva era correcta y que el malentendido era por parte de Eddy. Se disculpó con nosotros por la situación, y nos dijo que no nos preocupásemos que ya lo solucionaban entre ellos.
El hotel en el que nos alojamos era el Grand Quality. Era enorme, moderno y bonito por dentro, incluía un par de restaurantes y cafeterías, piscina, etc. Quedaba alejado del centro de la ciudad, y no había nada para visitar por los alrededores, pero incluía servicio de transfer gratuito tanto al centro de la ciudad como al aeropuerto.
Cuando entramos a la habitación no es que flipásemos, pero sí la vimos con buenos ojos después de las nochecitas que habíamos pasado los últimos días.
Estábamos agotados con tanto viaje, pero después de ducharnos fuimos a dar una vuelta para estirar las piernas y picotear algo. Al poco de salir empezó a caer un chaparrón. Nos tocó comer en el primer warung que pillamos. Es sin duda el peor sitio en el que comimos en todo el viaje, pero la comida estaba buena. Era una planta baja de una casa, donde tenían una parte habilitada con mesitas cutres, y separado por una cortina tenían la “cocina”. Unos fogoncillos donde uno cocinaba mientras el resto de la familia estaba sentada mirando la tele.
Y así es como acabó otro de los días más pesados que pasamos por Indonesia. Nos vamos acercando al final del viaje, pero aún quedan aventuras que contar…
Keep on moving!
Índice Diario de Viaje Indonesia (21 días)
- Preparativos previos
- Tour express por los Emiratos Árabes
- Ubud: primer contacto con Bali
- Bali, la isla de los Dioses
- Gili Trawangan. ¿El paraíso?
- Lombok, naturaleza salvaje
- Kawah Ijen y el fuego azul
- Amanecer en el volcán Bromo
- Yogyakarta, centro de arte y cultura
- Templos Borobudur, Mendut y Prambanan
Galería de fotos: Emiratos Árabes | Indonesia
Vídeo resumen: Wonders of Indonesia
4 Comments
Hola Jorge,
Felicidades por tu blog. Por cierto, muy buenas fotos.
Estoy preparando mi viaje a Indonesia para este verano y me estás siendo de bastante ayuda. La cosa es que nosotros conforme bajamos del volcán nos vamos a Surabaya para coger un avión, así que me ayudarías mucho si pudieras decirme a qué hora más o menos estabais de vuelta en vuestro hotel de Cemara Lawang al bajar del Bromo. Nosotros también nos alojaremos ahí.
Saludos!
Hola Elisa,
Muchas gracias por tus palabras, me alegra ver que te resulta útil la información. Revisando mails, las horas de las fotos, etc. he podido sacar de forma aproximada las horas:
– 3:00h nos recogieron en el hotel.
– 3:55h tengo la primera foto desde el mirador más alto.
– 5:46h saqué la foto panorámica en el mirador que hay bajando de camino al Bromo.
– 6:05h ya estábamos andando por el desierto preparándonos para subir al volcán.
– 6:35h está hecha la foto del cráter.
– 7:05h estábamos subidos al coche de camino al hotel.
– 7:19h ya habíamos llegado al restaurante.
El Bromo se encuentra muy cerca del pueblo, así que llegas enseguida. Cuesta más llegar al mirador porque el camino va de subida y es totalmente de noche. Como verás por el timing, la excursión se puede hacer muy rápido, todo depende del rato que queráis pasar en cada sitio y lo en forma que estéis. Nosotros lo hicimos del tirón, pero había gente sofocada subiendo las escaleras del Bromo que son realmente empinadas. Lo mismo para llegar al mirador más alto, va de subida y para según qué personas puede ser muy pesado.
Cualquier cosa que necesites me lo dices y trataré de ayudarte si está en mis manos. Si no volvemos a hablar, que tengáis muy buen viaje! Seguro que yendo en verano tendrás más suerte que yo para ver un amanecer espectacular.
Un abrazo!
Jorge, muchísimas gracias por las molestias que te has tomado en revisar los horarios de aquel día. Me vas a ayudar mucho para decidir a qué hora cogemos el vuelo hacia Bali.
Te he estado curioseando el blog y creo que tus posts sobre consejos de fotografía de viajes también me van a gustar mucho. Y, por cierto, me han traído muchos recuerdos las entradas sobre vuestro último viaje, el de Japón. Yo estuve hace unos años y me lo pasé genial.
Lo dicho, felicidades por el blog y a seguir disfrutando. ¡Suerte y un abrazo!
Gracias a ti Elisa. Es un placer poder echaros una mano, yo también me he visto en vuestra situación y hubiese agradecido un poco de información de primera mano. Por eso creé este blog 😉
Disfrutad mucho del viaje y ya me contarás a la vuelta qué tal os ha ido.
¡Un abrazo!