A medida que nos adentramos en el mundo fotográfico una de las dudas más habituales es cómo hacer una buena gestión del color. Nos esforzamos por hacer nuestra foto y luego le damos cariño en el procesado para sacar su máxima potencia, pero… ¿Cómo sé que en mi monitor veo los tonos como son realmente? ¿Los demás verán mis fotos como yo las veo? Y lo más preocupante ¿cómo sé que saldrá impreso tal cual yo lo veo en pantalla?
Entonces es cuando empezamos a indagar y escuchamos términos como gestión de color, calibradores, perfiles ICC, espacios de color… Para volvernos locos.
Hace tiempo ya conté mi experiencia al pedir un foto álbum y qué proceso seguí para que saliese bien. Pues bien, ahora vamos a ver todo el proceso con más profundidad, desde cero, haciendo una prueba real. Verás cómo calibro mi monitor, cómo gestiono el color durante el proceso de edición y cómo preparo esas mismas fotos para imprimir en Saal Digital. Por último, haremos el unpackaging comprobando que el producto recibido no tenga variaciones respecto al archivo enviado.
Por cierto, si quieres hacer tu propia prueba aquí puedes solicitar un cupón de 20€ de descuento en tu primer pedido en Saal Digital:
Antes de entrar de pleno en el calibrado y perfilado de nuestra pantalla, veamos algunos conceptos básicos y qué material es el recomendado.
Los espacios de color
Para entender todo lo que vamos a contar a continuación es importante que conozcas los distintos espacios de color que tenemos. Para ello, nada mejor que un gráfico:
Este gráfico representa el espectro de luz visible CIE con todos los colores que distingue el ojo humano. Los triángulos indican cuales son los límites de los espacios de color más comunes. Como ves, el Adobe RGB y el P3 son los que más colores abarcan (el Adobe distingue más tonos de verde mientras que el P3 tiene ventaja en los cálidos). El sRGB es el más limitado de los 3.
Existe otro más grande todavía, de hecho representa más tonos de los que el ser humano puede distinguir. Se llama ProPhoto RGB, y algunos fotógrafos prefieren usarlo para fin de perder la mínima información posible durante su flujo de trabajo. Ahora bien, no es un espacio de trabajo para usar en nuestros archivos definitivos, pues no hay monitor ni papel capaz de representar todos sus colores.
Vayamos a lo práctico. ¿Qué pasa si mis fotos están en Adobe RGB y mi monitor es sRGB? Que en las fotos habrá ciertos tonos que el monitor no va a ser capaz de reproducir. Para mostrarte la foto cambiará esos tonos por unos lo más similares posibles que sí esten dentro de sus capacidades. Como ves en la gráfica, donde notarás mayor diferencia es en los tonos verdes.
El tema de los espacios es complicado y genera mucho debate y reflexión. Por ejemplo, ¿sabes que los papeles de impresión tampoco son capaces de reproducir todos los colores del Adobe RGB? Entonces… ¿tiene sentido usar espacios tan amplios si no los puede reproducir ni el papel ni la mayoría de monitores de la gente que verá nuestras fotos? ¿No sería mejor trabajar en sRGB y punto? Así maximizaríamos la compatibilidad y nuestros archivos ocuparían menos (cuanto mayor sea el espacio de color más MB ocupan las fotos).
En otro artículo más adelante te enseñaré cómo uso los espacios de color en mi flujo de trabajo.
Qué necesito
Monitores para fotógrafos
Naturalmente, lo primero que necesitamos es un monitor y un ordenador al que conectarlo.
La finalidad de este artículo no es que compres un monitor sino que calibres el tuyo. Ahora bien, aquí te doy mi consejo por si estás pensando en hacerte tu equipo desde cero o renovar el que tengas.
La variedad de monitores donde elegir es tremenda, pero vamos a dividirlos según qué espacio de color (gamut) pueden reproducir:
- sRGB: este es el espacio de color más común en la mayoría de pantallas. Si el fin de tus fotos es colgarlas en internet y poco más, será suficiente con que tu monitor reproduzca bien este espacio de color. Digo “bien” porque los monitores más flojos se quedan lejos de reproducirlo por completo. El precio de un buen monitor sRGB puede estar por los 200-300€, por ejemplo este DELL U2417HJ, lejos de las típicas que vemos en oferta por unos 100€.
- Adobe RGB: ya hemos visto que este espacio de color es más amplio, pero hay pocos monitores que consiguan reproducir el 98-99% del mismo. Suelen venir bien calibrados de fábrica, y algunos vienen incluso con un certificado que lo acredita. Son los que necesita la gente que se dedica a la impresión de forma habitual, o aquellos que necesitan una reproducción de color ultra-fiel. Son de gama más alta y el precio se dispara desde los 400€ hasta todo lo que te quieras gastar, aunque con un presupuesto de 500-600€ será más que suficiente. Eizo es la marca más reconocida, pero vale una auténtica pasta. Otras marcas que van muy bien son DELL y BenQ, en concreto este monitor está muy recomendado: BenQ SW2700PT.
Aparte del espacio de color también es importante que:
- El panel sea uniforme. Es decir, que la luz y el color sean los mismos en toda la superficie del monitor.
- Sea mate para evitar reflejos.
- Permita calibración por hardware de la LUT (para una calibración más precisa).
- Tenga una profundidad de color de 10 bits.
- Tenga un buen ángulo de visión (cercano a 180º).
Al leer todo esto parece que debas tener la leche en vinagre para poder reproducir fielmente tus fotos, pero nada más lejos de la realidad. Te cuento mi experiencia.
Como edito mis fotos en Adobe RGB me obsesioné con el tema y compré un monitor DELL U2413 (ya descatalogado) que cubría el 98% de este espacio. Trabajaba conectando un Macbook a la pantalla. Con el tiempo cambié el portatil por un iMac (que reproduce el espacio de color P3) y durante un mes mantuve el DELL por miedo a que los resultados no fuesen los mismos. Después de cerciorarme de que mis fotos se veían igual en ambas acabé vendiéndola. Desde entonces nunca he tenido problemas con mis impresiones, y eso que las he hecho de hasta 2 metros de largo.
Los profesionales en gestión de color opinan que las pantallas de Apple no son las más adecuadas aunque sean muy resultonas. No permiten ajustar manualmente los canales RGB y el contraste, son muy brillantes, no se pueden calibrar por LUT, etc. Razón no les falta, porque acaban resultando algo problemáticas para calibrarlas. Para empezar no se llevan bien con cualquier calibrador, y dar con la configuración adecuada puede llevarte un rato (tranqui que ahora te daré la solución). Pero al final tanto a mí como a muchos fotógrafos profesionales que conozco nos sirven perfectamente.
Con todo esto no te quiero decir que te compres una pantalla Apple para editar. Donde quiero llegar es que puedes conseguir un resultado fiel en tus fotos sin tener la mejor pantalla del mercado. Basta con comprar una que sea decente y calibrarla bien. Al menos para un uso de fotógrafo no hay diferencias apreciables. Quizás sea más determinante para diseñadores gráficos y otros sectores que deban reproducir con total exactitud un color.
Calibradores de pantalla
De nuevo, calibradores hay desde muy baratos hasta carísimos. El que yo te recomiendo es este: X-Rite i1Display Pro. Ahora mismo está en Amazon por unos 230€, pero con paciencia se puede llegar a ver por los 180€.
¿Por qué este y no otro? Como te decía, calibrar las pantallas de Apple es algo delicado porque no cualquier calibrador sirve. En su día compré uno más antiguo para ahorrarme algo de dinero, pero no calibraba bien el Macbook. Hasta que leí que todos recomendaban el i1Display Pro, lo compré y se acabaron los problemas. Con este te aseguras de tener la máxima compatibilidad con las pantallas (no sólo para Apple) y fiabilidad en cuanto a precisión de la medición.
Además es más rápido a la hora de hacer las mediciones (algunos tardan media hora o más cuando este lo hace en 4-8 minutos), y su software ofrece muchas posibilidades. Por ejemplo, medir la luz ambiente, utilizar parches de colores más grandes, hasta incluso usar otros parches como el Pantone. También nos da opción a medir la calidad y la uniformidad de la pantalla, y podremos saber si nuestro monitor se está deteriorando.
Antes de calibrar tu monitor
La luz ambiente influye en cómo ves los colores, el brillo y el contraste de tu pantalla. Aparte puede generar reflejos sobre el monitor. Por eso es importante que trabajes siempre con las mismas condiciones lumínicas. A ser posible con una luz ténue que no incida diréctamente sobre la pantalla ni en nuestros ojos.
Yo bajo las persianas de la habitación y enciendo un pequeño flexo que dirijo hacia la pared. De ese modo da igual si edito mis fotos de día o de noche. La luz en la habitación es siempre la misma. Este es mi “cuarto oscuro”:
¿Y qué pasa si trabajas con un portatil cada vez en un sitio? Si tu iluminación es cambiante se complica el asunto. El calibrador que te he recomendado permite mantenerlo conectado al ordenador de forma que ajuste la pantalla según la luz ambiente. Luego veremos cómo activarlo.
Sigamos con las preparaciones previas a la calibración:
- Desactiva el salvapantallas y cualquier modo de ahorro de energía que pueda apagar el monitor mientras hacemos la calibración.
- Deja encendido el monitor un tiempo (10 minutos para las pantallas planas actuales, 30 minutos para las de tubo).
- Deja el monitor tal cual venía de fábrica, tanto el perfil de color que tengamos activo en nuestro sistema operativo como el resto de ajustes que nos permita hacer. En mi iMac no hay vuelta de hoja, el perfil por defecto se llama “iMac” y no hay más configuración que valga. Únicamente deja ajustar el brillo y de una manera muy limitada.
- Pon el monitor en su resolución nativa.
- Pon la misma luz ambiente con la que trabajarás habitualmente.
Ahora sí, vamos a iniciar la calibración.
Calibrando un monitor con X-Rite i1 Display Pro
Te dejo un vídeo para que veas el proceso paso a paso. De todos modos abajo tienes la explicación también por escrito.
Para calibrar nuestro monitor conectamos el calibrador mediante USB y abrimos el sotware que queramos usar. Lo normal es que tengamos el propio software del fabricante del calibrador. No obstante, si no te gustase ese hay un software gratuito (open source) muy recomendado que se llama DisplayCAL.
Nosotros vamos a usar el i1Profiler de X-Rite porque funciona muy bien. Estos pasos son los que me recomendó seguir el fabricante y es la configuración que yo utilizo:
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- Activa el modo avanzado.
- Ves a Pantalla > Perfilado.
- Por defecto el programa detecta y asigna correctamente qué tecnología usa tu pantalla. En mi iMac detecta LED blanco, pero por recomendación de X-Rite debo cambiarlo a GB LED que es la tecnología que usan las pantallas retina del iMac late 2015 y posteriores.
- El punto blanco más común es el D65, y es el que yo te recomiendo.
- Elige una luminosidad entre 100 y 120 cd/m2.
- La gamma déjala por defecto (2.2) y la relación de contraste en nativo.
- El flare correct y el control inteligente de luz ambiente los dejamos desactivados. Este último ajuste es el que debes activar si no trabajas en ambientes controlados. Así, deberías hacer una medición para cada ambiente con este ajuste activo (uno en una habitación oscura, otro con las ventanas subidas… lo que sea).
- La siguiente pantalla la dejaremos tal cual.
- Elegiremos un conjunto de parches grande para una medición más precisa. Cuanto más pequeño, menos preciso pero más rápido hará la medición. Es tu decisión.
- En el caso del iMac, activar el control automático de la pantalla (ADC), ya que sólo podemos ajustar el brillo por nuestra cuenta. En caso de que tras la calibración no quedes contento con el resultado puedes probar a desactivar esta opción y equilibrar el brillo manualmente. Para hacerlo mejor, en vez de usar los botones del teclado deberás ir a Preferencias del sistema > Pantalla y usar el deslizador del brillo para hacer un ajuste más fino. Si tu monitor permite ajustar el contrase y los valores RGB marca la segunda opción.
- Pulsamos en iniciar medición.
Una vez termine el proceso debemos guardar el perfil ICC. Aquí te recomiendo que lo nombres poniendo la fecha en la que has hecho la medición, el software usado y la configuración que has aplicado. Por ejemplo, 2018-06-26 i1Profiler Led Blanco D65 120cd 2.2. Tras guardarlo podemos comparar el antes y el después del calibrado.
Ya podemos estar tranquilos: los colores, el brillo y el contraste que vemos no están alterados. Con el monitor apunto, ahora hemos de ver qué espacios de color usar en nuestras imágenes. Desde el que elegimos en cámara hasta el archivo final pasando por el revelado/procesado. Pero esto será en el próximo artículo.
Índice Gestión del color
- Introducción y calibración del monitor
- Perfiles ICC en tus fotos
- Preparar la foto para la imprenta
- Comprobando el producto final
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