Continuamos nuestras andanzas por el país birmano. Recordemos que veníamos en un bus nocturno desde Yangon (o Rangún) en dirección al lago Inle, más concretamente a la población de Nyaung Shwe (o Nyaungshwe), donde teníamos contratado el hotel. Del viajecito en bus decir que pese a la comodidad de los asientos resultó un tanto movidito por los baches que había en la carretera. Y una vez más, recomiendo llevarse alguna chaquetilla porque el aire acondicionado va a tope. Antes de entrar a Nyaung Shwe el bus hizo una parada para pagar la tasa de entrada: 13.500 kyats.
Hay hoteles por los alrededores de todo el lago, algunos de ellos unos resorts con vistas chulas. El tema es que, además de ser caros, algunos no están muy limpios según leímos. Al estar pegaditos al lago lo normal es que encuentres bichos. Bajo mi punto de vista, Nyaung Shwe es el mejor lugar para buscar el alojamiento. Es la población con más infraestructura y variedad de hoteles y restaurantes, lo que hace que sea un buen punto estratégico.
Eran las 6 cuando llegamos por fin a la recepción del hotel The Emperor Inle (GPS 20,39.6648N, 96,55.5966E). Habíamos perdido la noche de hotel (una pena porque no estaba nada mal), pero todavía podíamos aprovecharla para ducharnos y desayunar antes de empezar el día… Y eso hicimos. Aquí las vistas desde la terraza donde servían el desayuno.

Los «pescadores» del lago Inle
Nada más poner un pie en la calle ya nos estaban preguntando si queríamos coger una barca. Esa era nuestra idea, pero ya sabes, hay que hacerse un poco el pasota y negociar porque si no… clavazo al canto. Al final 22.000 kyats nos costó una barca sólo para nosotros que nos llevase a ver durante todo el día exclusivamente lo que queríamos.
Comenzaba nuestra aventura por este enorme lago (mide 11km de largo por 5km de ancho) de aguas poco profundas (entre 2 y 4 metros) que favorecen los reflejos. A esas horas (7:30 a.m.) hacía fresquillo, y más cuando la barca se puso en marcha. Hay que tener en cuenta que estamos unos 900 metros de altitud.
A medida que nos íbamos alejando del canal que sale de Nyaung Shwe comenzamos a ver los famosos «pescadores» del lago con sus palos y sus peculiares redes en forma de cono. Lo entrecomillo porque realmente la mayoría no pescan, son figurantes puestos allí para sacar pasta del turismo. Sucede lo mismo en China con los pescadores que usan cormoranes, actualmente ya no pescan así y sólo están para posar y que les hagas fotos. Pierde un poco el encanto cuando te enteras, por eso te aviso, pero si es la única forma de retratar una figura tradicional a mí no me parece mal hacerla.

Aunque el barquero aflojó la velocidad y mi objetivo era estabilizado, hacer una toma decente fue complicado por el movimiento de la barca. De todos modos de ahí no iba a salir nada bueno con ese cielo tan plomizo. Tenía planificado hacerles fotos al atardecer, así que no perdimos más tiempo.
Por el camino vimos otros barqueros recogiendo algas, agricultores que venían de recoger su cosecha de los jardines flotantes…

Indein y los templos
El cielo era cambiante, igual estaba completamente brumoso que salía el sol dejando un color azul contrastado con nubes blancas. Lo que no pudimos ver en ningún momento fueron sus famosos reflejos, pues hacía un ligero viento que enturbiaba el agua…
Seguimos avanzando hasta llegar al punto más lejano de los que queríamos visitar. Cruzando algunos puentes de madera llegamos a Indein (o Inn Thein) (GPS 20,27.6804N, 96,50.5578E).

En esta pequeña población se encuntra un conjunto de pequeños templos en ruinas llamado Shwe In Dein, que es el atractivo del lugar. La entrada son 500 kyats, y aunque está lejos de ser espectacular, sí que es una visita curiosa.



Como ves, algunas estatuas y templos están en reconstrucción pero por lo general son ruinas. Al menos andar por allí transmite en cierto modo la sensación de estar en una peli de exploradores en mitad de una auténtica civilización aislada del resto del mundo.
Por el camino de vuelta hacia donde habíamos dejado al barquero, nos entretuvimos por el también conocido Indein market, un mercadillo que montan (gracias a Dios) por un pasillo cubierto.

A la salida encontramos otra de las atracciones turísticas del lugar: una anciana fumando que ya habíamos visto en otras muchas fotos antes.

La verdad es que daba juego. Allí estaba yo haciéndole una foto junto a una horda de turistas asiáticos que acababa de desembarcar.
Alodaw Pauk Pagoda
Subidos a la barca nos dirigimos a la pagoda más grande y llamativa del lago, la Alodaw Pauk (GPS 20,27.5769N, 96,54.2667E).

Pintaba bien, pero por dentro fue bastante decepcionante. Hay un mercado montado alrededor que debes atravesar para llegar hasta la pagoda. Una vez allí hay una especie de altar con mini rocas, a la cual sólo pueden acercarse los hombres,y que van cubriendo con pan de oro haciéndolas con los años más gruesas.

Los tubos fluorescentes de luz dejan una iluminación bastante fea, por cierto.
Fábrica de seda en Nang Pang
Muy cerca de la pagoda entramos en la población de Nang Pang para ver una fábrica tradicional de productos de seda (GPS 20,27.0307N, 96,54.207E).

Esta visita sí que nos gustó. Supuso ver todo el proceso de un trabajo artesanal en estado puro, sin ordenadores ni automatismos. Además también te sirve para ver el interior de una casa de madera típica del lago Inle.

Es una pasada ver cómo poco a poco van consiguiendo el producto final: artículos de ropa hecha a base de algodón, seda y flor de loto.

Al final de la visita no podía faltar la tienda para que compres, pero pese a que la visita era 100% gratuita en ningún momento se pusieron pesados en que comprásemos algo. Así que lo hicimos agusto por contribuir y porque la visita mereció la pena. Aprovechamos para comprar un par de pañuelos de seda para nuestras madres. No fue precisamente barato (8€ cada uno al cambio), pero considerando el mimo con el que está hecho, el material empleado y la visita gratuita…
De aquí nos fuimos a comer al restaurante Shwe Kyar Pwint (GPS 20,27.7401N, 96,54.3597E). Desde allí teníamos vistas al lago y comimos bastante bien por algo menos de 9€ entre los dos.
Jardines flotantes del lago Inle
Eran apenas las 13h cuando después de comer nos acercamos a ver los jardines flotantes (GPS 20º 29.5392N, 96,54.4734E).
Se trata de campos hechos directamente dentro del lago, y pese a que la tierra está constantemente inundada de agua, las plantas crean una especie de esponja de forma que puedes subirte a ella sin mojarte. Además los campos suben y bajan con el crecimiento del agua.
Aquí puedes ver a nuestro guía subido a uno de ellos:

En estos campos los agricultores cultivan sobre todo tomates.
Monasterio Nga Phe Kyaung
Cerca de los jardines flotantes se encuentra el monasterio Nga Phe Kyaung (GPS 20,31.0031N, 96,53.8695E). Es el más grande y antiguo del lago Inle, y tiene varias peculiaridades:
- Cuenta con una extensa colección de Budas de distintos lugares
- Está construido en madera de la forma tradicional
- Hay un montón de gatos viviendo en él

Me gustó. Me pareció un sitio donde sí se puede ver la austeridad y la paz que promulga la religión budista. Pudimos ver también pequeños monjes novicios asistiendo a sus clases. Y qué leches, allí dentro se estaba fresquito 🙂
Retirada antes de hora
En el lago Inle hay muchas cosas más por ver. Hay atracciones para turistas que son muy típicas pero que le dijimos al barquero que queríamos evitar. Me refiero por ejemplo a ver las mujeres girafa, ya que están explotadas, o al templo de los gatos saltarines, a los que tampoco tratan muy bien con tal de que salten. En esos circos preferimos no participar.
Así es cómo terminamos con lo que teníamos planeado. A decir verdad, todavía faltaba algo: hacer fotos a los pescadores al atardecer. Para eso faltaban todavía 3 horas y el día seguía igual de feo que cuando lo empezamos. Siempre soy partidario de intentarlo hasta el final, por si la suerte se pone de tu lado, pero estábamos tan cansados ya de los agotadores días en Yangon y de los días feos que preferimos tomarnos unas cervecitas frías.
Comparado con lo que habíamos visto en el sur del país, esto nos empezaba a gustar un poco más. Pienso que el lago visto en otro momento debe ser un espectáculo por esos reflejos tan fotogénicos, pero una vez más no tuvimos suerte. Sólo tuvimos un cielo blanquecino con un agua movida de color marrón. Sin duda, la imagen que nos dejó seguramente no será la más justa.
Se nos quedó pendiente acercarnos al monasterio que hay a las afueras de Nyaung Shwe, llamado Shwe Yan Pyay (GPS 20,41.0662N, 96,55.8957E). Estaba a 3km de nuestro hotel y para ello había que alquilar bicis y demás. Nos hubiese dado tiempo a verlo si las lluvias no nos hubiesen hecho llegar con un día de retraso.
Hasta aquí nuestro largo día en el lago Inle. Por delante nos quedaban 9 horas en bus nocturno hasta llegar a Bagan, uno de los destinos turísticos por excelencia de Myanmar.
2 Comments
Jornada intensa Jorge, pena de solo esa jornada, porque el monasterio de las afueras que comentas está muy bien, tiene miles de budas, y hay unos jovenes alumnos muy amables que no ponen mucho inconveniente en ser fotografiados. Tamien el mercado local es interesante.
Saludos
Totalmente de acuerdo JuanRa… Ví fotos cuando planificaba el viaje y era una de mis paradas obligatorias en Inle, pero al final por las circunstancias no pudo ser.
Buen finde y un abrazo!