Parece el otro día cuando empezamos a anunciar en Carrete Digital el viaje a Dolomitas y aquí me tienes, apenas un mes después de nuestro regreso, escribiendo las crónicas con las fotos ya editadas y todo…
El factor humano, lo mejor del viaje
Llevaba años deseando embarcarme en el mundo de los viajes fotográficos. Compartir unos días con gente que disfruta de tu misma afición tenía que ser una experiencia alucinante. Pero esa es la parte bonita, por detrás hay un gran trabajo y esfuerzo que no se ve. En ese sentido teníamos la responsabilidad de llevar un grupo grande y la incertidumbre de cómo iba a resultar. Si ya a veces discutes con tu pareja (y es cosa de 2), imagina convivir con 18 desconocidos casi las 24 horas del día, cada uno con sus costumbres, y moviéndonos juntos a todos lados. Exacto, no es fácil.
A pesar de las dificultades todo salió bien gracias al grupo tan maravilloso que tuvimos, su buena actitud y predisposición para lo que hiciera falta. Pasamos muy buenos ratos de charla y risas. Así que les estoy enormemente agradecido por contribuir a que fuese una experiencia que siempre guardaremos en nuestros recuerdos.

También tuve la suerte de contar con mis compañeros Jesús y Pepe, sin los cuales nada hubiese sido lo mismo. Los dos son verdaderos profesionales en su campo, uno como fotógrafo y formador, y el otro como guía conocedor de la zona tanto a nivel geográfico como histórico. Pero lo más importante: los dos grandes personas. Creo que hemos formado un buen equipo, y con ellos al lado me podría ir tranquilamente al fin del mundo.
Unos paisajes de ensueño
Dolomitas es sencillamente ESPECTACULAR. Es uno de esos sitios en los que, como fotógrafo paisajista, te pararías a hacer fotos a cada paso que das. Da igual que sea un atardecer, que esté nublado, que sea de noche… Siempre puedes sacarle partido de una forma u otra, consiguiendo colores y luces distintas. Incluso a plena luz del día salen cosas chulas.

EXIF: 10mm (15mm equiv.) | F/8 | 1/160″ | ISO 200
La lluvia fue lo único que nos paró los pies en un par de ocasiones, pero los aprovechamos para ver algunos pueblos y para dar el taller de procesado.

EXIF: 24mm (35mm equiv.) | F/13 | 1/100″ | ISO 500
Podría tirarme un buen rato enseñando fotos de cada sitio que vimos, pero voy a limitarme a una pequeña selección. Si quieres ver más puedes ver el vídeo de YouTube en el canal de Carrete Digital donde comentamos con detalle el viaje enseñando fotos que hicieron los propios asistentes.
Passo Sella
Muy cerca de nuestro alojamiento en Canazei teníamos el Passo Sella (GPS 46,30.5388N, 11,45.5032E), un paso de alta montaña entre las provincias de Trentino y Tirol del Sur. Desde sus verdes prados se puede ver la imponente montaña Sassolungo (o Langkofel).
EXIF: 10mm (15mm equiv.) | F/8 | 1″ | ISO 200 (con trípode, focus stacking de 2 tomas)
Fue nuestra primera visita, nuestro primer amanecer, para el cual tuvimos que levantarnos nada más y nada menos que a las 3:00 a.m. El problema de viajar en verano es que amanece muy pronto y anochece muy tarde.
Aquí mismo aprovechamos para improvisar un “set” usando de modelos a una de las parejas del viaje, Gloria y Jaume. No me dirás que no es una estampa idílica…

EXIF: 31mm (46mm equiv.) | F/8 | 1/60″ | ISO 200 (con trípode)
Fue una mañana productiva en la que además enseñamos la técnica del focus stacking a aquellos que no la conocían. Así conseguíamos foco en toda la foto, desde las flores que estaban pegadas a la cámara hasta las montañas del fondo.

EXIF: 10mm (15mm equiv.) | F/8 | 1/40″ | ISO 200 (con trípode, focus stacking de 6 tomas y blending de 2)
Lagos de todo tipo
Durante el viaje vimos un montón de lagos, cada uno con sus peculiaridades. Aquí van los más famosos.
Empecemos por el lago Misurina (GPS 46,34.9276N, 12,15.2483E), que esta cerca de las Tres Cimas. Esta foto te sonará porque la utilicé para el artículo de cómo emular un reflejo.

EXIF: 44mm (66mm equiv.) | F/8 | 8″ | ISO 200 (con trípode, filtro ND 10 pasos LucrOit HQ y polarizador, reflejo falso)
El agua estaba movida y ni usando filtros ND salía reflejo, así que lo imité procesando la foto con Photoshop.
También visitamos el lago Braies (GPS 46,41.6569N, 12,5.0792E), un sitio que me encantó por la calma que transmite, aunque fue pesado llegar hasta él (unas 3 horas de ida más otras tantas de vuelta).

EXIF: 12mm (18mm equiv.) | F/11 | 15″ | ISO 200 (con trípode, polarizador y filtro ND LucrOit HQ de 10 pasos, blending de 2 tomas)
Esta vez sí, el reflejo salió por sí solo, como si de un espejo se tratase.
Visitas culturales
Durante el viaje no nos limitamos a fotografiar montañas de forma superficial, sino que gracias a las explicaciones de Pepe supimos de la importancia histórica que tuvieron como trincheras en la Gran Guerra.
Recorrimos galerías que abrieron de aquellas a base de pico y pala. Ponte en la piel de esos militares que en pleno invierno estuviesen haciendo guardia pelados de frío, con el enemigo unas decenas de metros, malcomiendo y algunos de ellos heridos sin médicos que les atendieran… Tuvo que ser durísimo.

EXIF: 12mm (18mm equiv.) | F/11 | 1/320″ | ISO 200
Las vistas panorámicas desde Lagazuoi (GPS 46,31.6743N, 12,0.5126E) son una pasada, y como ves, en cuestión de minutos igual tienes sol que nubarrones. En esta foto aproveché unos segundos que quedó iluminada la cima.

EXIF: 21mm (32mm equiv.) | F/8 | 1/500″ | ISO 200
Terminamos de cultivar nuestra mente visitando un museo con documentos y material militar de la época.

EXIF: 35mm (52mm equiv.) | F/2.8 | 1/60″ | ISO 320
Pero no todo es guerra. En esta región italiana también son muy creyentes y es habitual ver iglesias, cristos y otros mini altares improvisados por la montaña. Aquí tienes una foto de la iglesia de San Giovanni in Ranui (GPS 46,38.1021N, 11,43.4578E)

EXIF: 35mm (52mm equiv.) | F/8 | 1/125″ | ISO 200 (con polarizador)
Prados, altos pastos y cabañas
Yendo con la furgoneta de aquí para allá vas encontrando pequeños rincones fotogénicos en los que probar mil encuadres. Conforme se acercaba el atardecer íbamos improvisando, parando donde nos pillase cerca. Estas son algunas de las vistas típicas que hay en Dolomitas.

EXIF: 23mm (35mm equiv.) | F/11 | 1/20″ | ISO 200 (con trípode y polarizador)

EXIF: 16mm (24mm equiv.) | F/8 | 1/13″ | ISO 800 (con trípode y polarizador, bracketing 2 tomas y focus stacking 4 tomas)

EXIF: 10mm (15mm equiv.) | F/11 | 1/80″ | ISO 200

EXIF: 14mm (21mm equiv.) | F/11 | 60″ | ISO 200 (con trípode, polarizador y filtros ND LucrOit HQ de 10 + 6 pasos, blending 2 tomas)
Las Tres Cimas de Lavaredo
Dejo para el final la joya de la corona. No sé si será la mejor localización, pero sin duda es la más conocida de Dolomitas: las Tre Cime di Lavaredo (GPS 46,37.1149N, 12,18.1471E).
La peculiaridad de estos picos, aparte de su forma de almena, es que hasta 1919 marcaban la frontera entre Italia y Austria. Hoy por hoy separan dos regiones italianas (Bolzano y Belluno), aunque siguen actuando de barrera lingüística ya que en una zona hablan italiano y en la otra alemán.
El más alto (pico grande) tiene 2.999 metros de altura. Los otros dos se llaman pico pequeño y pico occidental, y miden 2.857 y 2.973 metros respectivamente.

EXIF: 10mm (15mm equiv.) | F/8 | 120″ | ISO 200 (con trípode, base niveladora y filtro ND LucrOit HQ de 10 pasos, panorámica de 7 tomas horizontales)
El pico que destaca en el centro de la fotografía es el Monte Paterno, y aunque parece el más grande por el efecto del gran angular, tan “sólo” mide 2.776 metros de altura. A sus pies está el Refugio Locatelli y la iglesia Alpina. Justo a mano izquierda puedes ver los Laghi dei Piani (o Lagos de las Llanuras), que yendo al inicio de verano todavía los pillamos congelados.
Una vez más, las posibilidades son infinitas. Por el camino fotografiamos un lago, un arcoiris doble que salió, las vistas panorámicas hacia el valle… El día era malo pero tuvimos la suerte de que se ponía a llover justo cuando llegábamos a un refugio. A última hora la tarde nos respetó dejándonos un cielo drámatico muy llamativo para nuestras fotos, aunque no llegase a ser un “candilazo” de esos que tanto nos gustan.
La gran ventaja de este tipo de climas es que, incluso quedándote en una misma localizacion, tienes fotos completamente distintas en cuestión de minutos: nubes estáticas, en movimiento, de colores, totalmente grises, tapando las montañas…
Un poco de autocrítica
En el viaje hemos disfrutado mucho y hemos podido hacer fotos muy buenas, que al final es lo que se busca en un viaje de este tipo. Sin embargo, que algo sea bueno no significa que no hayamos de ser exigentes con nosotros mismos para que la próxima vez sea todavía mejor.
Tener un campamento base desde el que desplazarse ha tenido sus ventajas: no hemos tenido que andar moviendo maletas y hemos podido elegir el equipo necesario para cada salida sin cargar más peso de la cuenta. También permitió conseguir un precio ajustado para el viaje.
Por contra, nos obligó a pasar mucho tiempo en carretera. Las distancias no son tan cortas como parece sobre el mapa, porque hay un montón de curvas y no puedes ir a mucha velocidad. Para algunas localizaciones tuvimos 2 o 3 horas de ida más otras tantas de vuelta, cansándonos sin necesidad. Si a eso le sumas que en verano has de estar posicionado para hacer las fotos a las 4:30h y el atardecer termina sobre las 22:00h…
Fue muy cansado, especialmente para los que conducíamos. Asistentes y organizadores coincidimos en que sería más cómodo y provechoso ir cambiando de alojamiento para estar cerca de cada localización, aunque implique encarecer un poco el viaje. Y así es como lo haremos la próxima vez.
¿Qué tal se ha portado el equipo?
Desde que salimos a Dolomitas he recibido muchas preguntas sobre el equipo fotográfico. Lo cierto es que en este viaje estrenaba de todo: mochila, trípode, base niveladora… También era el primer viaje que hacía con Fujifilm y LucrOit. Por eso he preferido contarlo brevemente y así despejo dudas 🙂
Empecemos por lo gordo, la cámara y ópticas Fujifilm. Por lo general, mis impresiones siguen siendo las mismas que publiqué cuando hice el cambio desde Nikon, y he de decir que trabajo muy agusto con el nuevo sistema. El conjunto pesa tan poco que no me supone una molestia llevarlo, y eso que mis ópticas no son las más ligeritas… Al manejo ya estoy totalmente acostumbrado y la calidad de imagen la sigo viendo genial. No hemos hecho casi nocturnas, pero en cuanto a ruido a ISOs altos sí considero que está un paso por detrás de una Full Frame. Respecto al rango dinámico, diría que le falta un poquito también para igualar a las de sensor más grande.
De todas formas creo que en esto último tiene que ver el revelador. Ya me he acostumbrado a Capture One y pienso que es la mejor forma de revelar los RAW de Fuji, pero no me convence para algunas cosas (o no le he pillado todavía la medida). Abriendo el RAW sin tocar nada el resultado ya es mejor que Lightroom o Camera RAW. En cambio, muestra aberraciones cromáticas que no es capaz de corregir y que en otros programas no salen tan acusadas. Tampoco me gusta cómo recupera las altas luces, primero porque recupera menos información y segundo porque enseguida genera halos. Y con el enfoque hay que andarse con ojo para no pasarse o quedarse corto. Cuando crees que has dado con una fórmula adecuada te encuentras con una foto para la que no sirve. Ahí ando, probando cosas.
Pasemos al sistema de filtros LucrOit: sencillamente genial. Cómodo de usar, y los filtros muy neutros sin apenas dominantes, restando los pasos de luz que toca sin mermar nitidez. Todo en línea con lo que comenté en la review. Añadir que repelen muy bien el agua. Alguna vez que nos llovió fue pasar el trapito y quedó limpio sin ningún rastro.
En cuanto al trípode Sirui W-2204, también contentísimo. Era el equilibrio que estaba buscando entre el pesadote Manfrotto 055 y mi trípode ligero de viaje. Con sus 1,7kg he cargado con él sin que me agobiase, y sus patas gruesas aportan una estabilidad excelente. Aprovecho para hablar de la base niveladora, un accesorio que no había probado hasta ahora y que se va a convertir en imprescindible para mis panorámicas.
Dejo para el final la mochila Manfrotto Manhattan Mover 50, que ha resultado ser tan práctica como esperaba para mover todo mi equipo y acceder a él cómodamente. Sí me gustaría que la espaldera fuese algo más rígida y acolchada, y que las correas no cedan con tanta facilidad una vez ajustadas a tu medida.
Hasta aquí todo lo que quería contarte de este viaje. En breves me reuniré con Jesús y Pepe para preparar los viajes de 2020, entre los cuales repetiremos Dolomitas casi seguro. Tan pronto tengamos novedades las anunciare en la web.
4 Comments
Hay hay. De los poquitos que dicen algo malo de Capture. Eso me gusta. Y del viaje no digo nada que me muero de envidia
Jeje, vente el año que viene!!
En cuanto al revelador, quizás me falte adaptarme todavía más a Capture One acostumbrado a trabajar durante años con LR podría ser cosa mía. Pero cierto es que a veces tengo esos problemas…
Nunca me he creído los que hacen análisis y todo de todo es un 10/10, las cámaras, peogramas, etc, siempre son mejore en unas cosas o en otras, y eso no quiere decir que sea malo.
Sobre las fotos muy interesantes, y sobre el viaje, puede que en el próximo, quien sabe 🙂
Gracias amigo, a ver si coincidimos en el próximo viaje! En cuanto a los análisis es como todo… para gustos colores, pero cierto es que no existe nada perfecto sino lo que mejor se adapta a un tipo de uso u otro.
Un abrazo