Hay cosas que cuando empiezas a hacer fotografía de viajes puede que ni siquiera te las plantees. Sin embargo, cuando viajas te surgen dudas sobre la marcha. Más que dudas podríamos hablar de preguntas “filosóficas” en lo que a fotografía se refiere.
Supongamos que tú, como fotógrafo, vas a visitar una ciudad muy conocida y mega fotografiada. Las redes están inundadas de fotos que son muy similares: la Torre Eiffel, el Coliseo romano, las vistas panorámicas de Manhattan… Están más vistas que Ramontxu dando las campanadas en Nochevieja. Entonces es facil que te plantees la pregunta: ¿vale la pena perder el tiempo haciendo un encuadre tan visto?
Unos dicen que para eso pagan unos céntimos por una postal y se dedican a hacer otros encuadres menos vistos. Otros no se lo quieren perder por nada del mundo. En el artículo de hoy voy a reflexionar sobre esta gran incógnita que genera divisiones entre fotógrafos. Veremos qué factores pueden hacer que nos decantemos por una opción u otra, y también te daré mi opinión totalmente personal y subjetiva.
¿Cuál es tu disciplina fotográfica favorita?
Lo primero que hay que aclarar es que la fotografía de viajes cada uno la puede entender como quiera porque no es una técnica fotográfica pura y dura como pueda ser la foto de estudio, la macro, la fauna, la social, etc.
Cuando viajas cambias de ubicación, cambia lo que te rodea, pero sigues teniendo las mismas posibilidades ante ti que cuando estás en tu país. Por tanto, lo normal es que tiendas a hacer el mismo tipo de fotos que te gusta hacer cuando no estás de viaje. Lo único diferente será que tampoco te querrás perder otros detalles que pueden marcar una diferencia con lo que te rodea habitualmente, como pueden ser la gente, sus costumbres, la comida y hasta el propio paisaje. Tendrás que ser un poco multidisciplinar para traerte recuerdos variados y documentar sobre el país al completo. Se trata de mostrar un “todo” a base de partes más pequeñas.
Hay a quien las fotos a monumentos o paisajes les aburren, sea o no el encuadre típico. Totalmente comprensible: eso es porque no te gustan los paisajes. Porque te guste la fotografía no tienen por qué gustarte todas las disciplinas. A mí me pasa lo mismo con las callejeras, veo 3 y el resto ya me parecen iguales, casi todas además en blanco y negro (que suele ser una elección acertada, pero yo soy más de coloridos).
Ya que hablamos de fotografía street en viajes, considero que para que sea “de viaje” no basta con estar en una ubicación que no sea tu país. La fotografía debe mostrar algo, cualquier cosa, que haga saber que estás en otro país. Un monumento, un detalle, un símbolo, o la propia persona si es que en dicho país tienen rasgos muy marcados y distintos. Por buena que sea, si no muestra nada de esto estará deslocalizada. Será muy buena foto, pero sólo tú sabrás que es de un viaje. Podrían estar hechas al lado de tu casa. Serían puramente “retrato”, “Street”, etc. Es como hacer fotografía macro de insectos. Salvo que sea un insecto muy típico del país en cuestión, no lo consideraría “fotografía de viaje” por el hecho de estar literalmente de viaje, sino “macrofotografía” o “fauna”. Cuando estás a miles de km lo que deseas es plasmar eso que hace diferente a ese sitio con respecto a tu ciudad.
Todo este parrafazo lo suelto para que quede claro que al final cada uno ve la fotografía de viajes de un modo. Al que le gustan los retratos se quedará indiferente ante un paisaje, y su respuesta a la pregunta inicial va a ser obvia: ¡huye de las postales! El dilema realmente se nos plantea a la gente que nos gustan los paisajes.
¿Cuántas veces vas a visitar el lugar?
Centrémonos pues en fotógrafos paisajistas (naturales o urbanos).
¿Están en la misma situación alguien que visita por primera (y probablemente única) vez el sitio que alguien que puede visitarlo en más ocasiones? Evidentemente no. Si tienes posibilidad de ir varias veces a un mismo sitio ¿vas a seguir sacando el mismo encuadre cada vez? Salvo que te las veces anteriores hayas tenido mala suerte con el tiempo, o que de repente te encuentres con un cielo espectacular, lo lógico es que cambies e intentes innovar. No tiene sentido tener la misma foto repetida con variaciones mínimas.
Ahora bien, si sólo tienes una oportunidad (como suele ser mi caso) el dilema todavía se agrava más.
¿Foto de postal o encuadre original?
Hemos ido acotando la gente con esta duda hasta llegar a nuestro target de afectados: fotógrafos paisajistas que viajan por primera y posiblemente única vez a un lugar. Ahora toca abordar ya la cuestión ¿Qué hacemos? ¿Encuadre tradicional o intentamos ser originales?
Hoy en día consumimos una barbaridad de contenido visual. Las redes sociales como Instagram, Facebook o Flickr han contribuido a ello. Nos pasamos el día viendo fotos. Por ello ahora más que nunca la gente está obsesionada por ser original, por diferenciar su foto de las del resto. Es algo totalmente lógico, porque cuando ya has visto una foto de las que hay a miles ni le prestas atención.
Me parece un punto de vista totalmente correcto, pero al igual que la cantidad de fotos disponibles hace que estás cansado de ver el mismo encuadre, ¿crees que queda algo por inventar? Puedes hacer algo un poco menos visto, pero igualmente es muy difícil sorprender. Pienso que en ocasiones se sobrevalora la originalidad. Se tiende a pensar que original = bueno, y no siempre es así.
Cuando fotografías un paisaje muchas veces te encuentras con barreras que te limitan el sitio desde el que disparar. No sólo barreras que te impidan el paso como acantilados o vallas, sino también elementos de la escena que te molesten en el encuadre (farolas, un edificio feo, una zona sucia…). Así que muchas veces LA FOTO está en un sitio, y tratar de innovar supone traerse una peor foto. Con la de magníficos fotógrafos que hay en el mundo ¿por qué crees que todos tienen el mismo encuadre?
En cambio hay lugares que tienen muchas posibilidades, como por ejemplo la Torre Eiffel. Hay espacio donde moverte y se presta a jugar con un montón de encuadres y ángulos distintos. Peeeero, aún así hablamos de lugares tan turísticos que es prácticamente imposible hacer algo que no esté hecho ya. No vamos a inventar la Coca-Cola…
Mojándome sobre el tema
Sinceramente, no veo la necesidad de encasillarnos en una posición porque no hay una respuesta válida. ¿Qué color es mejor, el azul o el rojo? Dependerá del gusto de cada uno… Me viene en mente el debate tan cansino sobre el “Only RAW”, quizás lo trate en otra publicación 🙂
Cada uno que haga lo que más le guste, al fin y al cabo tus fotos son para ti (salvo que te contraten). Además no todo tiene que ser “sí” o “no” sino que a veces te apetecerá hacer esas fotos de postal y otras no.
Ahora bien, si me pides que me decante por una opción creo que ha quedado claro tanto en lo que llevamos de texto como en mi porfolio: yo no me pierdo las fotos de postal.
Hasta ahora hemos hablado de generalidades, por lo que voy a terminar de aclarar mi caso particular.
Ya sabes que me encantan los paisajes naturales y urbanos. Uno de los motivos que me llevaron a aprender fotografía fue la frustración de no conseguir fotos como las de los catálogos de agencias y anuncios televisivos. Fotos que me habían hecho sentir el deseo de viajar. Photoshop aparte, a lo que quiero llegar es que me sentía atraído por esa fotografía de postal, por esos paisajes y ciudades tan bonitas. Eso es lo que me motiva a viajar, y a su vez es el objetivo que tengo en mis viajes: fotografiar los rincones más bonitos y espectaculares del mundo. Fotos que quedarían de lujo colgadas en las paredes de tu casa. En definitiva, fotos de postal.
Para mí, una foto tipo street con un enfoque original puede ser excelente, pero lo es como foto, no como algo que me incite a viajar.
Por otro lado, cuando viajo no suelo repetir destino, y tampoco suelo tener varios días para visitar un mismo sitio. ¿Qué significa esto? Que me lo juego todo a una carta, con lo cual si me aventuro a hacer encuadres originales corro el riesgo de volver con una “patata” de foto. Recordemos que estamos hablando principalmente de fotografía de paisajes.
Si me lo puedo permitir voy con tiempo e investigo la zona buscando todo tipo de encuadres, desde el típico (que ya lo llevo estudiado de casa) hasta otros menos vistos. Acabo fotografiando el que más me gusta, y una vez tengo lo que quiero voy a los otros puntos que me hayan resultado interesantes. Si el que más me ha gustado resulta ser “la foto de postal” no tengo ningún inconveniente en ello.
Para mí es igualmente gratificante ya que voy a tener MI FOTO y no la de otro. Al fin y al cabo también le das tu propia visión con los parámetros elegidos a la hora de tomarla y en el procesado posterior.
Conclusión
Por supuesto, esta es sólo mi forma de ver las cosas influido por mis gustos, y para nada es una verdad universal ni pretendo sentar cátedra. No hay una única respuesta válida.
Así que haz las fotos que te gusten a tí, sin pensar en qué dirán los demás. Si te gusta el encuadre de postal ¡hazlo! No te estreses si no encuentras algo más original. Sólo DISFRUTA.
En el curso de fotografía de viajes trato este tema con más profundidad, al igual que otras muchas “dudas filosóficas” que surgen cuando quieres hacer fotos en tus viajes.
Como considero que siempre es interesante y enriquecedor conocer otros puntos de vista, recomiendo que eches un vistazo a este interesante artículo de Ricardo Espiau, mi compañero de Carrete Digital. Compartimos pasión por los viajes, sin embargo su visión es completamente distinta a la mía. Algo normal teniendo en cuenta que él es fotógrafo profesional especializado en retratos.
Y tú ¿qué opinas?
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