Estamos a finales de Julio. Más de uno (y más de dos) nos vamos a ir de vacaciones en breves, y antes de salir tenemos que hacerle la revisión a nuestro equipo. Lo mismo harías con tu coche, ¿no? Mirar la presión y el estado de los neumáticos, el aceite, los filtros… Con nuestra cámara pasa exactamente lo mismo: tanto si vamos de viaje familiar como si es un viaje fotográfico, deberemos comprobar que nuestra cámara está lo mejor posible.
Cada vez que cambiamos de objetivo dejamos abierto el camino para que partículas de polvo entren en la cámara. Algunas se quedarán atrapadas en las paredes, otras en el espejo (si la cámara no es mirrorless), pero al final inevitablemente la mayoría acabarán posadas en la superficie del sensor. No te preocupes, puede que hablar de toquetear el sensor te ponga los pelos de punta, pero hoy te voy a explicar cómo hacerlo para que te quede bien y de forma fácil y rápida.
Cómo detectar manchas en mi sensor
Si está sucio debería apreciarse a simple vista. Este es un ejemplo de una fotografía mía donde se aprecian manchas en el cielo:
Las que te he marcado en rojo son motas que se ven a simple vista, pero si quieres hacer una prueba y ver con más detalle si tienes motas sigue estos pasos:
- Ajusta tu cámara con un diafragma cerrado (F/16 – F/22).
- Enfoca a un punto muy lejano.
- Encuadra para que el cielo ocupe toda la foto. Puedes hacerlo también con una pared, una hoja… Lo importante es que sea algo liso y de color claro.
- Cuando pases la foto al ordenador súbele el contraste sin miedo.
Otra opción es usando la funcion “Visualizar tintas planas” de Lightroom o Adobe Camera Raw y poniendo a tope el deslizador. En la foto de ejemplo se ve así:
¿Ves todos los circulitos que aparecen en el cielo? ¡Guau! Con tanto grano podemos hacer una paella, y eso que estaba hecha a F/11. Ahora todas las motas se hacen visibles, y no sólo hay dos sino muchas más. Este método está muy bien para detectarlas fácilmente, pero tampoco te obsesiones. Piensa que hemos puesto a prueba al sensor usando un diafragma muy cerrado y encuadrando a sitios claros para que se “manifiesten” esas motas. Pero normalmente hacemos fotos a mayores aperturas (F/1,4-F/8) donde por el efecto del desenfoque no son tan visibles, y tampoco ocupamos todo el encuadre con algo liso y de color claro.
Preocúpate por limpiar el sensor cuando se vean bastantes a simple vista, puesto que tampoco es conveniente estar manipulando constantemente una de las piezas más sensibles de la cámara. Mientras no sea así, bórralas digitalmente con herramientas como el pincel corrector, el parche o el tampón de clonar.
A continuación hablaremos de los distintos métodos que se pueden usar para limpiar el sensor, yendo desde el más sencillo al más delicado. Para todos ellos necesitarás encontrarte en una habitación limpia sin polvo en el ambiente.
Método 1: sistema de limpieza automática de la cámara
Algunos modelos de cámara incorporan entre sus funciones una que se llama “limpieza de sensor” o similar. La cámara fuerza una pequeña vibración para intentar que las partículas se muevan y caigan.
Lo nombro como uno de los métodos que existe, pero déjame decirte que esta función NUNCA me ha servido de nada. De todos modos, si quieres probar mi consejo es que lo hagas con la cámara sin objetivo y enfocada hacia el suelo, para facilitar que las partículas caigan al suelo.
Si todavía siguen ahí las motas, pasa al siguiente método.
Método 2: la pera de aire
Este método quita algunas partículas pero tampoco es la panacea. ¿Por qué? Para empezar, porque sólo remueve las que están sueltas pero no las que están pegadas. Por otro lado, al usar la pera de aire haremos soltaremos el polvo que haya en las paredes del habitáculo, con una gran probabilidad de que alguna caiga en el sensor.
Dicho así parece de tontos usar la pera de aire, pero piénsalo: si no sueltas tú todo ese polvo, por más que limpies el sensor con los mejores productos es cuestión de tiempo que acabe soltándose y ensuciándotelo de nuevo. Por eso siempre es recomendable darle un poco con la pera de aire antes de usar otro método.
¿Qué necesitamos? La pera de aire que yo tengo es de la marca Giottos, aunque cualquiera que sople con fuerza te servirá.
- Asegúrate de tener la batería bien cargada.
- Vé a la función de tu cámara que permite bloquear el espejo (si tienes una mirrorless este paso como que no es necesario).
- Mantén la cámara boca abajo y sóplale varias veces con la pera, con cuidado de no golpear el sensor con la punta.
- Prueba a ver si con esto se te han ido todas las partículas. Como seguramente no será así, nos vemos en el siguiente método.
Método 3: los bastoncillos y el líquido Eclipse
En el 99% de los casos tendrás que llegar hasta aquí para dejar el sensor completamente limpio. Soy consciente de que resulta imponente tener que toquetear el sensor (a mí las primeras veces se me ponían los pelos de punta), pero haciéndolo con delicadeza no pasa absolutamente nada.
Este es el material que necesitas:
- Líquido Eclipse de Photographic Solutions. Es caro pero vale la pena. Hay gente que usa alcohol isopropílico porque es mucho más barato. También hay otras marcas como VSGO pero en su día no leí buenas opiniones. Yo decidí no arriesgarme: compré una botellita de Eclipse hace tiempo y todavía me queda para muchas limpiezas. Bajo mi punto de vista vale la pena, piensa que sólo se usan un par de gotitas en cada limpieza… ¿Qué es este líquido? Pues un alcohol de rápida evaporación, de modo que evita el riesgo de dejar la zona húmeda o que se mojen los componentes eléctricos.
- Bastoncillos “sensor swab”. Los que yo utilizo son de la marca VSGO, aunque también los hay de la propia Photographic Solutions (mucho más caros). La parte que entra en contacto con el sensor está hecha de una fibra muy suave que no deja resíduos ni ralla la superficie. De esta última marca venden bastoncillos ya impregnados con líquido Eclipse, por lo que no es necesario comprar el bote Eclipse aparte. Elijas el que elijas, fíjate en que sea apropiado para el tamaño de tu sensor, puesto que hay para Full Frame, APS-C y Micro 4/3.
- Una vez hecha la limpieza con la pera de aire, deja la cámara con el espejo bloqueado.
- Coge un bastoncillo y reparte un par de gotas en una de sus caras.
- Recorre la superficie del sensor con la parte húmeda del bastoncillo (por ejemplo, de izquierda a derecha). Tienes que hacerlo ejerciendo una presión firme, pero sin pasarte. Cuando llegues al final levanta el palo y dale una segunda pasada, de nuevo con la parte húmeda y siguiendo la misma dirección (de izquierda a derecha).
- Ahora daremos un par de pasadas más pero con la parte seca del bastoncillo, de nuevo en la misma dirección.
Ya lo tienes. Ahora haz otra foto de prueba y mira los resultados. Debería verse mucho más limpio que como lo tenías.
Método 4: lápiz gelatinoso Eyelead
Este método no lo he probado personalmente, y tiene tanto defensores como detractores. Se trata de unos lápices que acaban en una punta cuadrada gelatinosa en la cual se pone unas hojas adhesivas, y como podrás imaginar, se trata de ir acercándolo al sensor para que la suciedad se quede pegada.
Los que defienden el sistema de Eyelead dicen que es más rápido y simple que los bastoncillos húmedos, mientras que los críticos dicen que el adhesivo puede dejar resíduos en el sensor más difíciles de quitar. Como no lo he probado no te puedo dar mis impresiones personales, sólo te transmito lo que he leído al respecto y te lo muestro como otro de los posibles métodos.
Método 5: servicio técnico de tu cámara
Te preguntarás qué gracia tiene que te recomiende ir a un SAT y pagar una pasta (de 50 a 75€) para que te la dejen limpita. ¡Eso lo sabe cualquiera! El objetivo de esta publicación es que te lo puedas solucionar tú mismo, sin embargo debes saber que de vez en cuando las propias marcas de cámaras realizan limpiezas gratuitas.
Se suele realizar una o dos veces al año en las tiendas de fotografía más importantes de algunas ciudades. Por ejemplo, Nikon organizó en Valencia una de estas limpiezas gratuitas el día 13/07/2017 en Fotopro Valencia. Obviamente, son campañas de marketing con el objetivo de mejorar la imagen de marca y aprovechar para presentar nuevos productos, ofrecer descuentos o promociones, etc.
En ningún caso te obligan a comprar o asistir a charlas ni nada. Tan simple como dejar la cámara rellenando un albarán (para que luego no te den otra por error) y pasar en unas horitas a recogerla. Yo es la segunda vez que aprovecho este servicio y estoy muy contento. Lo único que debes tener en cuenta es la limitación de plazas. La primera vez tuve que solicitar hora por e-mail, mientras que esta última se atendía por orden de llegada y estaba limitado a 40 limpiezas. En cada tienda lo organizan de una forma, estate atento y entérate cómo hacerlo para no quedarte fuera. Como ves, riesgo cero y totalmente gratis. Vale la pena, ¿no?
Esto es todo por hoy. Ahora ya no tienes excusa, elige el método que más te convenga y deja tu cámara reluciente para que tus fotos salgan bien limpitas. Ya sabes que haciéndolo con cuidado no hay por qué preocuparse. Si conoces algún otro método no dudes en dejar tu comentario, prometo informarme sobre ello y quizá algún día cambiar mi método.
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